¿Son buenas las siestas? Esto es lo que opinan los expertos

Si se hacen bien y en su justa medida sí, pero que no superen la media hora

Ana Más

Es muy normal que, aunque no acostumbremos a dormir siesta, en época de vacaciones sí lo hagamos, ya que el calor y el relax hacen que todo sea favorable. Pero, ¿es bueno dormir la siesta?

Un reciente estudio realizado por la base de datos biomédicos, Biobanco del Reino Unido, en el que se han analizado los hábitos de sueño a mediodía de 360.000 personas durante once años, concluye que echar la siesta diariamente aumenta las posibilidades de desarrollar hipertensión arterial e incluso de sufrir un accidente cerebrovascular.

La coordinadora de la Unidad del sueño del Hospital Ramón y Cajal, Irene Cano, explicaba en Cuatro al día, que las siestas son recomendables pero no deben superar la media hora (entre veinte y treinta minutos), deben ser en un lugar fresco y a oscuras.

¿Son buenas las siestas? Esto es lo que opinan los expertos

Sobre lo que se deduce del estudio, la experta opina que se asocia a estas enfermedades como hipertensión arterial, ictus o enfermedades cardiovasculares porque si no dormimos las horas suficientes o las dormimos de mala calidad se traduce como un trastorno del sueño. Convergen en que necesitamos dormir por el día y significan que algo está mal”.

Cano ha explicado que alguien que duerme lo suficiente no debería dormir siestas muy largas, además de que una siesta muy larga hará que por la noche no tengamos sueño, con lo cual nos acostaremos tarde y dormiremos menos de lo necesario de madrugada, que es cuando descansamos realmente, con lo cual nos volveremos a echar una siesta larga, perpetuando así el ciclo.

Por último, un poco de historia sobre la siesta. Se trata de una costumbre que se le atribuye a San Benito Abad, creador de la hora sexta u hora de la siesta. Y es que según la tradición, el Santo, patrón de Europa, enseñó a los monjes a construir relojes para contar las horas y estableció una serie de horas con las obligaciones, comidas, oraciones y ceremonias a realizar en cada una de ellas siendo la hora sexta, la dedicada en la regla benedictina al descanso.

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