Y es que hay algunos trucos para llegar a septiembre en buenísima forma y, lo más importante, sin haber renunciado a los placeres del verano. Y lo mejor de todo… funcionan.
El primero de ellos tiene que ver con hidratarnos lo suficiente, algo que debemos hacer durante todo el año, pero más aún en verano. Por eso, a los dos litros de agua reglamentarios puedes unir sopas frías, ensaladas y gazpachos. Todo ello evitará que tengas retención de líquidos y que estés hinchada.
Por supuesto no debemos olvidarnos de hacer deporte aunque estemos de vacaciones, aunque es normal que bajemos un poco el ritmo o cambiemos de actividad. Por ejemplo, puedes sustituir tu deporte habitual por una buena caminata diaria.
En declaraciones a la Revista Hola la entrenadora Andrea Viloria explica qué le ocurre a tu cuerpo cuando dejas de hacer deporte: «Notarás que tu organismo se va estancando y perderás fuerza, resistencia, flexibilidad«.
Y volviendo a las comidas, desayunar bien puede ayudarnos a llegar en forma al final del verano. Según los expertos es la mejor hora para consumir alimentos energéticos, eso sí, evitando las grasas saturadas y azúcares añadidos. Escoge pan integral, algo de proteína, fruta y aprovecha para comer despacio y saborear cada alimento.
Un truco para no atiborrarnos si salimos a comer fuera es tomar un aperitivo antes de comer que nos ayude a no llegar hambrientos a la mesa. Una pieza de fruta o un yogur será suficiente.
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