El SIBO (sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado) es un «síndrome clínico de síntomas gastrointestinales», según lo explican en un estudio publicado por los doctores Ana María Madrid y Carlos Defilippi en una publicación médica de investigación, que recoge la Fundación René Quinton.
El sídrome es consecuencia de una sobrecrecimiento anormal de la población bacteriana en el intestino delgado, en particular de los tipos de bacterias que no se encuentran habitualmente en esa parte del tubo digestivo. Eso sucede porque tras una enfermedad (tumor, diabetes, cirrosis hepática o incluso de una operación) los alimentos tardan más en pasar por el tubo digestivo lo que provoca un aumento inusual de bacterías.
Según dicho estudio, las personas afectadas por el Sibo tienen los siguientes síntomas:
Pérdida de peso involuntaria.
Hinchazón abdominal.
Dispepsia o mala digestión. Gracias a este síntoma muchos pacientes acuden al su médico. Suele generan dolor y pesadez de estómago en especial tras las comidas.
Diarrea persistente. Hay pacientes que desarrollan diarrea pero otros estreñimiento.
En la piel puede aparecer acné y rosácea. La piel refleja en muchas ocasiones el estado del intestino. En el caso del Sibo es un síntoma que se da con frecuencia.
Depresión. Es común que las personas ante esta enfermedad tengan que replantearse su estilo de vida y su ánimo se vea afectado.
Anemia.
Fatiga crónica.
Qué no comer si tienes Sibo
La alimentación puede hacer que los síntomas de Sibo sean más leves. El médico recomendará al paciente qué comidas le van mejor o peor. Entre los alimentos prohibidos estarán:
Azúcar o edulcorantes.
Lactosa. Se debe evitar este tipo de alimentos como leche y derivados como quesos frescos, helados o yogurt.
Pan integral y avena. Es recomendable reducir el consumo de fibra.
Eliminar los procesados. Apuesta por productos elaborados de forma casera. Tu intestino de lo agradecerá.
¿Qué podemos hacer si tenemos el síndrome?
Llevar una vida más saludableayudará a los pacientes que sufran Sibo. Con las pautas de alimentación y y reduciendo el estrés habremos ganado mucho. Es conveniente ralentizar el ritmo de vida así como practicar algún tipo deporte que nos mantenga activos. La actividad física tiene repercusión en nuestro transito intestinal y en nuestro ánimo. Desde caminar a paso ligero a nadar un par de veces a la semana pueden mejorar la salud.
El SIBO ocurre en el intestino delgado, que es el órgano encargado de mezclar los alimentos con los jugos gástricos para que sean absorbidos.