Fue Alexandre Godefoy quien en el París de 1890 introdujo el secador en su peluquería. Aunque eso si, en aquel momento era bastante más aparatoso que ahora y se parecía más a una aspiradora gigante que a otra cosa. Tan solo diez años después había evolucionado tanto que eran muchos los hogares en los que había un secador.
Aunque probablemente Godefoy en aquellos años no había oído hablar del secador iónico. Se trata de un tipo de secador que funciona con tecnología iónica, esto significa que el flujo de aire que expulsa se compone de iones negativos, que van directamente a nuestro pelo y atraen los iones positivos del agua, por eso eliminan la humedad más rápidamente.
Pero esta no es su única ventaja, otra no menos importante es que los iones son capaces de disminuir el tamaño de las gotas de agua y estas se evaporan antes con lo que conseguiremos reducir el tiempo de exposición del cabello al secador y por lo tanto lo castigaremos mucho menos.
¿Por qué comprarte un secador iónico?, más ventajas
Pero hay otros beneficios de pasarte al secador iónico, entre ellos que nos va a ayudar a evitar el encrespamiento. El contacto del pelo con la ropa hace que el pelo se cargue de electricidad estética. Los iones negativos contrarrestan esta carga positiva y evita así el encrespamiento. Además según algunos fabricantes los secadores iónicos sellan la cutícula del cabello y por ello le proporcionan una mayor suavidad y brillo.
Pero al margen de que sea o no iónico, si vas a cambiar de secador, debes tener en cuenta algunos aspectos cómo la potencia, cuanto mayor sea esta menos tardaremos en secarnos el pelo y por lo tanto lo castigaremos menos, es mejor elegir un modelo con regulador de temperatura y botón de aire frío y los accesorios que nos permitirán darle usos distintos, cómo alisar, rizar o dar volumen.
La manera de secarnos el pelo también es importante, debemos empezar de la raíz a la punta, no al revés, y hacerlo por zonas, primero la coronilla y luego las puntas, eso te permitirá que tu pelo siga estando sano.
La distancia a la que te secas el pelo es otro factor importante para no dañarlo, la correcta es entre 20 y 25 centímetros, nunca lo acerques a más de cinco centímetros.
Si tu pelo es frágil o está dañado usa la temperatura más baja, si quieres conservar el color y el brillo ponlo a temperatura media y si tu pelo es muy fuerte si puedes usar la más alta.
