Y es que tal y como explica la dietista nutricionista Mireia Elías en ABC Salud, «la secreción de hormonas va cambiando a lo largo del mes y genera variaciones en la conducta, el apetito, el peso, la temperatura y la composición corporal».
En todo el tema hormonal la alimentación es esencial ya que los nutrientes que tomamos son los «precursores de hormonas y nos ayudan a modularlas para conseguir un impacto a corto plazo en nuestra salud, más concretamente en el aspecto de la piel, el cabello y las uñas, así como en el estado de ánimo, la energía que tenemos o nuestra capacidad inmunitaria, entre otros.»
Para sacarles el mayor partido a tus hormonas hay algunas pautas que puedes seguir, la primera tiene que ver con el consumo de grasas (aceite virgen extra, aguacate, frutos secos y pescado azul), algo imprescindible en nuestra función hormonal ya que sin ellas el cuerpo no va a generar el colesterol y este es necesario para que nuestras hormonas sexuales tengan los niveles adecuados. Esto puede producirnos desajustes como ciclos irregulares o problemas de fertilidad.
Debemos prestar atención también a la vitamina D, ya que es esencial para mantener las hormonas en sus niveles correctos, pero no es la única. También son importantes para ello el potasio, el hierro, la fibra, el zinc, los antioxidantes y el triptófano. Sobre este último debes saber que también puede mejorar tu estado de ánimo ya que es precursor de la serotonina, se encuentra en el plátano, los huevos, el cacao , los frutos secos y la avena, entre otros.
También debemos tomar alimentos ricos en hierro, un mineral que nos mantiene con energía, ya que solemos perder mucho sobre todo en nuestra etapa fertil por el sangrado. Se encuentra en legumbres, frutos secos y verduras de hoja verde además de en los huevos, lácteos, pescado y carne.
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