Lo primero es conocer y saber identificar los tejidos, una tarea en la que la etiqueta y las instrucciones del fabricante pueden ayudarte mucho, ya que en ellas vas a encontrar información sobre qué prendas planchar y cuales no.
Además te dará información sobre la temperatura adecuada para cada prenda. También debes asegurarte de que la prenda está limpia, ya que si no lo está el calor de la plancha puede hacer que aparezcan manchas.
Ten en cuenta que hay tejidos como la seda o el acrílico que es mejor planchar del revés para evitar que se dañen. Si son tejidos muy delicados, es mejor poner un trapo entre la prenda y la plancha para proteger la prenda.
El lino y el algodón debemos plancharlos con calor alto y la prenda un poco húmeda. Esto puedes hacerlo con un spray pulverizador o con el botón de pulverizador de la plancha.
Una vez identificado el tejido, el truco que debes utilizar es el siguiente: después de apretar el botón de vapor, haz más presión inmediatamente sobre la prenda. Esto hará que se eliminen las arrugas al momento. También te servirá planchar haciendo círculos, algo que hará que la tarea sea mucho más eficaz.
Ten en cuenta que hay algunos programas de lavadora que reducen la necesidad de planchado en la ropa. Intenta no llenar a tope la lavadora y tu ropa saldrá menos arrugada. Tampoco olvides centrifugar a velocidad media, unas 600 rpm.
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