Sólo quién ha sufrido ansiedad sabe lo que supone vivir pensando en que en cualquier momento algo malo va a pasar, los músculos se agarrotan, llegan los mareos, sudores, temblores, el miedo irracional se apodera de ti. Muchas personas llegan a las urgencias de los hospitales o llaman a la ambulancia convencidos de que están sufriendo un ataque al corazón. Una vez son atendidos por los médicos, realizado pruebas médicas y descartado cualquier problema físico el diagnóstico es: Ansiedad.
Es importante que ante cualquiera de estos síntomas se ponga en contacto con un doctor.
En caso de ser consciente de estar ante un ataque de ansiedad debemos de establecer en nuestra vida unos hábitos que nos ayudarán en nuestra lucha. Los psicólogos y los expertos en medicina interna recomiendan hacer ejercicio sea yoga, pilates o bicicleta. Lo importante es que el cuerpo se beneficie de las endorfinas que generamos. La práctica de la meditación es muy conveniente. Hay numerosas aplicaciones que te pueden ayudar si no sabes como empezar con esta práctica milenaria. La alimentación juega un papel importante . Evitar tomar cafeína, teína, alcohol o cualquier sustancia estimulante.
Cambiar nuestros pensamientos
Quizás sea lo más difícil pero es fundamental darse cuenta de que lo que nos pasa a nivel físico es porque antes lo hemos pensado. Si vamos pensando por ejemplo en el metro: “Me agobio, que claustrofobia, quiero salir” nuestro cuerpo reaccionará, el cerebro se pondrá en modo alerta y lanzará mensajes al cuerpo de peligro. La ansiedad llegará sí o sí. Debemos cambiar los pensamientos catastróficos por otros que sean más racionales.
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