Lo primero es intentar estar relajados, los nervios debilitan nuestro sistema inmunológico y pueden afectar a las cuerdas vocales, haciendo que nos quedemos afónicos o forcemos la voz y las dañemos.
Y precisamente para la afonía puede ayudarte mucho la infusión de regaliz, ya que tiene propiedades antiinflamatorias y expectorantes. Conseguirás abrir las vías respiratorias y a que mejore la afonía, además es muy eficaz en el caso de anginas por sus propiedades antibacterianas. Además por supuesto de estar dos o tres días al menos sin hablar y evitando carraspear.
Puedes ponerte un paño caliente, además de sentir alivio, mejorará la circulación de la garganta y ayudará a que baje la inflamación. Para ello humedece un trapo en agua caliente, escúrrelo y póntelo alrededor de la garganta. Con el calor los vasos sanguíneos se dilatan, los músculos se relajan y el dolor disminuye.
Uno de los remedios más conocido es hacer gárgaras varias veces al día durante medio minuto con un vaso de agua tibia con media cucharadita de sal, esta absorberá así el agua de las células de la membrana mucosa que encuentran inflamadas cuando estás constipada. Evita hacerlas más de tres veces al día, sino conseguirás lo contrario, que las membranas mucosas se resequen.
Tomar un caldo calentito también te va a ir bien, mejor si es de pollo con verduras, las que no debes tomar son las sopas de tomate, por su acidez ni las que contienen lácteos ya que aumentarán el moco.
El bicarbonato tiene muchas utilidades y una de ellas es precisamente calmar el dolor de garganta. Tómate uno o dos vasos al día de agua con bicarbonato y limón y notarás una mejoría considerable, sin olvidar por supuesto sus propiedades antibacterianas.
Otra forma de aportar humedad a la garganta es darte un baño, ya que el vapor aumentará la humedad del ambiente, y la de tu garganta. Puedes echar hierbas y aceites esenciales en el agua y eso suavizará más aún tu garganta.