En este caso se trata de cinco pasos que puedes incorporar sin mucho esfuerzo y que harán que notes tu piel más joven, firme y luminosa. ¿Merece la pena el esfuerzo, verdad?. Ten en cuenta que los productos que utilices también van a tener mucho que ver con el resultado, y con esto no nos referimos a productos carísimos sino a productos que nos vayan bien para nuestro tipo de piel.
Algo que no te puedes saltar es empezar el día con una buena limpieza facial con agua micelar. Para ello humedece un par de discos de algodón y pásatelos por todo el rostro. Conseguirás acabar con los residuos rápidamente, no se tiene que aclarar y no es necesario aplicar después tónico.
Después de la limpieza aplícate un serum, conseguirás que la acción de la crema sea mucho mejor y más potente. Basta con aplicar un par de gotas y extender por todo el rostro. En un minuto puedes aplicarte tu hidratante. Y no olvides aplicar un buen contorno de ojos, basta con aplicar muy poca cantidad con la yema de los dedos.
Ahora es el turno de las ampollas efecto flash, esto debes hacerlo cada quince días y sobre todo en cada cambio de estación. Se trata de concentrados mucho más potentes que aportan a la piel reparación. Úsalo durante siete días antes de tu hidratante habitual. Elige las ampollas en base a lo que más necesite tu piel, reafirmar, nutrir….
Por la noche debes hacerte una limpieza más profunda para eliminar además del maquillaje, los restos de polución. Usa primero un limpiador en aceite y luego uno jabonoso que se aclare con agua. Termina aplicándote el tónico.