Leiva nos habla en una publicación de su Instagram sobre valorar los privilegios que nos rodean y jamás normalizarlos. Por muy difícil que pueda resultar a veces y afirma que hasta a él le pasa: «Normalizar los privilegios es un acto mezquino. Siento bastante bochorno de mí mismo cuando me sucede. Aunque sea humano. Aún teniéndolo localizado, y dedicando concienzudamente unos cuantos pensamientos al día a recordarme la enorme flor que tengo en el culo, no siempre consigo hacerme cargo y disfrutar. Seré imbécil.»
Leiva en esta publicación también ha querido recordar su punto de partida, cuando nadie sabía su nombre. Como todos los comienzos, son duros y el cantante escribía sobre cómo paso de llenar la nevera a base de pequeños conciertos a pedir pollo asado y repasar el repertorio del concierto.
Lo contaba así: «De mi amigo Jes, brillante malabarista, aprendí a brindar cada vez que llenábamos la nevera de nuestro minúsculo piso. Subsistíamos con la plata escasa que entraba de mis shows en clubs los primeros años de Pereza, y sus largas estancias en circos y cabarets. Siempre nos pareció un lujo.»