Seguramente en estas fechas navideñas has sacado tu mejor mantel para las comidas y cenas y probablemente haya acabado lleno de manchas imposibles. Y entre ellas seguro que una o varias de vino tinto, cuyo color parece que lo hace especialmente difícil de quitar.
Una mancha que, a priori, puede resultar complicada de eliminar es la de vino tinto, puesto que por su color oscuro es el que más nos hace temer que no termine de desaparecer.
Las manchas de comida y grasa también son frecuentes y, aunque cuesta quitarlas, no es imposible. Te contamos cómo recuperar el blanco de tu mantel. Necesitarás tener a mano bicarbonato de sodio, vinagre blanco, amoniaco, jabón y agua.
Otras veces no se trata de manchas, a veces simplemente el mantel amarillea. Esto puede ser por la humedad del ambiente. De cualquier forma, tanto si son manchas como color amarillo, hay solución.
Si se trata de una mancha reciente lo mejor es usar agua y jabón para quitar los restos lo antes posible, lávalo con tu detergente habitual y 1/2 taza de vinagre blanco de limpieza. Si lo lavas a mano echa dos tazas de vinagre blanco, dos de agua caliente y deja el mantel en remojo entre media hora y una hora.
Si el problema es que el mantel amarillea porque ha estado guardado mucho tiempo, la cosa cambia, puedes usar bicarbonato de sodio para blanquearlo. Para ello pon en un litro de agua más 4 o 5 cucharadas de bicarbonato de sodio y o bien aplica la mezcla sobre las manchas o mete el mantel en el barreño poniendo el doble de cantidad de agua y bicarbonato, hasta que el mantel quede completamente cubierto, déjalo durante una hora. Luego mételo en la lavadora y cuando esté seco guarda la mantelería envuelta en papel de seda para protegerla.
También puedes blanquearlo con amoniaco líquido perfumado. Para ello diluye en un cubo o barreño unos 250 ml de amoníaco en 3 litros de agua. Introduce el mantel en la mezcla y deja que repose por 30 minutos.
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