En este contexto, y desde hace unas semanas, muchos usuarios estudian otras tarifas que les ayuden a mitigar los desmesurados precios a los que están haciendo frente desde hace meses. Ante esta situación, muchos usuarios han valorado la posibilidad de cambiar su contrato de gas a la Tarifa de Último Recuerdo (TUR), aquella cuyo precio es regulado por el propio gobierno y se fija cada trimestre. El diario Cinco Días de El País ha recogido el testimonio de Ana García, una de las ciudadanas que ha decidido modificar su tarifa de gas por esta regulada y asegura haber encontrado grandes dificultades en el momento de hacer el cambio.
La ciudadana asegura que su principal problema fue encontrar un agente que le brindase esta opción, pero lo que más la sorprendía eran los costes “inesperados” que ha tenido que seguir asumiendo tras hacer el cambio. “He contratado la tarifa regulada y mi anterior comercializadora me confirmó que no había penalización, pero sí que el servicio adicional de mantenimiento lo tenía que seguir pagando”, ha afirmado en la cabecera mencionada. La usuaria con un tono de resignación ha asegurado que, aunque este cambio pueda suponerle hasta 60€ adicionales al año, se encuentra indecisa por qué no sabe qué hacer, ya que su anterior empresa, Naturgy, solo le brinda la opción de declinar la opción de TUR y volver a su la tarifa “vieja” de gas.
Este añadido al final de mes es una de las trabas “ocultas” que la energéticas están imponiendo ante la movilización masiva de los consumidores para optar por una tarifa reguladora de gas, tal y como subrayó la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández. Algo que la secretaria de Estado de Energía, Sara Aegesen, ya ha avisado está investigando. Al parecer, este expediente solo tendría en cuenta la agilidad de los trámites, los recursos que la compañía han brindado al cliente y el tiempo de respuesta para el cambio.