Lo primero los ingredientes, para dos personas necesitarás:
Antes de nada asegúrate de que la piel del pescado esté seca, si no sólo conseguirás que se cueza y quede con la piel blanda en lugar de crujientita y dorada y vamos con los siguientes pasos.
Si se trata de filetes gruesos o altos, como por ejemplo en el caso de unas rodajas de salmón, haz unos cortes en la piel para garantizar que se haga por igual, de manera uniforme. Así evitarás además que la piel se encoja por los lados. Para ello tensa la piel del pescado y con un cuchillo afilado haz unos cortes de unos 4 cm de largo, con 1 cm de separación entre los cortes y de poca profundidad, si los filetes son finitos no hace falta que lo hagas.
El siguiente paso es sazonar el pescado por los dos lados, puedes utilizar sal y pimienta, solo sal o especias y hierbas aromáticas. Mientras ve calentando la plancha o sartén en la que previamente habremos echado un poco de aceite de oliva virgen extra y cuando esté a máxima temperatura pondremos el pescado con el lado de la piel para abajo.
Debemos tener un poco de paciencia y esperar a que la piel del pescado esté dorada, podemos hacer un poco de presión con una espumadera para que esté más en contacto con la plancha. El momento justo de darle la vuelta es cuando el pescado se pueda desplazar con facilidad.
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