No puedes evitarlo y mucho menos controlarlo. Una energía irrefrenable te azota durante el tercer mes de embarazo, etapa en la que te encuentras más cansada por la pesadez, y te lleva a desmontar todo tu hogar.
Y no, no tienes que asustarte… Más bien respirar y dejarte fluir. Esa inesperado deseo por dejarlo todo reluciente conseguirá mantenerte ocupada y relajar esos nervios ante la llegada del nuevo miembro de la familia.
Eso sí, no cometas ninguna locura: no te subas a unas escaleras, haz los parones que necesites, descansa cuando el cuerpo te lo pida, tómatelo con mucha filosofía y, sobre todo, pide ayuda a tu familia y amigos siempre que lo necesites.
El síndrome del nido responde a un tipo de conducta que es frecuente en las embarazadas en su último trimestre. Se trata de un estado de hiperactividad o máxima energía en el que las mujeres embarazadas vuelcan todo ese entusiasmo en hacer tareas de la casa, inclusive la puesta a punto del bebé que está en camino.
El abanico de posibilidades es muy amplio y va desde limpiar paredes o pulir suelos hasta ordenar los armarios por colores o por tipo de prendas. ¡Todo lo que se te pueda ocurrir tiene cabida aquí!
Además, tal y como indica su propio nombre, el síndrome del nido, podría compararse al instinto animal de las aves, que preparan el nido para luego cuidar a sus crías. Se trata de un deseo incontrolable de tener la casa perfecta, la habitación del bebé preparada, la mochila para el parto y un largo etcétera para que tras su llegada este estuviese cómodo.
Las mujeres embarazadas, que están padeciendo el síndrome del nido habitualmente, suelen verse reflejadas en las siguientes situaciones:
Si te has visto reflejada en todas y cada una de estas situaciones es que estás teniendo el síndrome del nido. Lo mejor es que lo trates con naturalidad y canalices toda esa inesperada energía para no terminar muy cansada.
¡No te angusties! Si te quedas más tranquila haciendo todas estas tareas adelante, pero no te obsesiones. Llegados a este punto, tras meses de espera con situaciones de todo tipo, antojos propios del embarazo y alguna situación de malestar, es importante que te apoyes en tu familia y les pidas ayuda para no sobrecargarte.
Dedica también los días previos al parto a estar tranquila, a descansar y, sobre todo, a cuidarte.
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