Una mujer embarazada se deja ayudar y combate así el síndrome del nido.

Qué es el síndrome de nido y cuándo se manifiesta

El nerviosismo por tenerlo todo organizado y limpio antes de dar a la luz es importante saber gestionarlo

Teresa Moreno

¡No te alarmes! El síndrome del nido es más frecuente de lo que crees y hace referencia a esa necesidad inminente de poner toda tu casa patas arriba ordenando, limpiando y organizando todos los detalles para la llegada inminente de tu bebé. ¿Te pasa? 

No puedes evitarlo y mucho menos controlarlo. Una energía irrefrenable te azota durante el tercer mes de embarazo, etapa en la que te encuentras más cansada por la pesadez, y te lleva a desmontar todo tu hogar.  

Y no, no tienes que asustarte… Más bien respirar y dejarte fluir. Esa inesperado deseo por dejarlo todo reluciente conseguirá mantenerte ocupada y relajar esos nervios ante la llegada del nuevo miembro de la familia. 

Eso sí, no cometas ninguna locura: no te subas a unas escaleras, haz los parones que necesites, descansa cuando el cuerpo te lo pida, tómatelo con mucha filosofía y, sobre todo, pide ayuda a tu familia y amigos siempre que lo necesites.

Una mujer embarazada organiza la estantería de libros de su hogar.
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¿Qué es el síndrome del nido y cuándo aparece? 

El síndrome del nido responde a un tipo de conducta que es frecuente en las embarazadas en su último trimestre. Se trata de un estado de hiperactividad o máxima energía en el que las mujeres embarazadas vuelcan todo ese entusiasmo en hacer tareas de la casa, inclusive la puesta a punto del bebé que está en camino. 

El abanico de posibilidades es muy amplio y va desde limpiar paredes o pulir suelos hasta ordenar los armarios por colores o por tipo de prendas. ¡Todo lo que se te pueda ocurrir tiene cabida aquí! 

Además, tal y como indica su propio nombre, el síndrome del nido, podría compararse al instinto animal de las aves, que preparan el nido para luego cuidar a sus crías. Se trata de un deseo incontrolable de tener la casa perfecta, la habitación del bebé preparada, la mochila para el parto y un largo etcétera para que tras su llegada este estuviese cómodo. 

Una mujer embarazada planea las cosas que va a hacer en el hogar para combatir el síndrome del nido.
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¿Cómo saber si tengo el síndrome del nido? 

Como ya hemos explicado anteriormente el síndrome del nido suele aparecer en los últimos tres meses del embarazo y cuando la barriga ya pesa. Precisamente por ese motivo es importante que prestéis atención y tengáis cuidado al hacer movimientos bruscos. Si es necesario pide ayuda para coger objetos pesados, pero nunca cometas la locura de cogerlo por ti misma alegando «yo puedo».

Las mujeres embarazadas, que están padeciendo el síndrome del nido habitualmente, suelen verse reflejadas en las siguientes situaciones: 

  • Tienen que tener toda la casa ordenada, aunque antes de quedarse embarazada no lo fuese.
  • Improvisan y sienten la necesidad de cambiar los colores de la habitación del bebé. 
  • Les cuesta conciliar el sueño pensando en que se han olvidado de algo importante. 
  • Ordenan y limpian los armarios profundamente.  

Si te has visto reflejada en todas y cada una de estas situaciones es que estás teniendo el síndrome del nido. Lo mejor es que lo trates con naturalidad y canalices toda esa inesperada energía para no terminar muy cansada.  

¡No te angusties! Si te quedas más tranquila haciendo todas estas tareas adelante, pero no te obsesiones. Llegados a este punto, tras meses de espera con situaciones de todo tipo, antojos propios del embarazo y alguna situación de malestar, es importante que te apoyes en tu familia y les pidas ayuda para no sobrecargarte. 

Dedica también los días previos al parto a estar tranquila, a descansar y, sobre todo, a cuidarte.  

La pareja ayuda a la chica embarazada a poner una bombilla en la habitación del bebé.
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Consejos para sacar partido al síndrome del nido 

Por lo que no frenes ese impulso, pero sí trata de canalizarlo y seguir adelante con algunos de estos consejos para sobrellevar este síndrome del nido, que evitarán que te hagas daño y te expongas a ello en las semanas previas al parto: 

  • Haz un calendario semanal y planifícate. Trata de distribuir las tareas y no hacerlas todas de golpe, deprisa y corriendo.  
  • Pide ayuda y no seas cabezona porque no puedes gestionarlo todo tu sola. Además, la movilidad es la que es llegados el tercer trimestre del embarazo. 
  • Establece prioridades a tus cambios: empieza por lo más primordial y deja para el final lo que realmente no corre prisa.  
  • Márcate límites: ponte topes a la hora de hacer tus tareas sabiendo que, por ejemplo, después de la tarde te las vas a tomar de relax y vas a descansar. Evita llegar muy cansada a la cama, ya que esto te dificultará dormir en tus circunstancias.  

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