Han pasado dos años desde la irrupción del coronavirus en España y del confinamiento que provocó. Pero, pese a todo, las pérdidas, los contagios, las variantes y las secuelas aún perduran y siguen siendo objeto de estudio. Un buen ejemplo de ello es el hecho de que aún hoy, cuesta diferenciar los síntomas entre gripe y Covid-19. Ante esto, los expertos apuntan a que una de las claves para saber distinguirlos es la pérdida de olfato y gusto, así como otros efectos que, pasado un tiempo tras el contagio, siguen persistiendo, como es la niebla mental.
Algunos de estos síntomas que se mantienen en el cuerpo del paciente son el dolor de cabeza, la fatiga y los mareos. A estos, además, hay que añadir otros efectos neurológicos como la pérdida de memoria o la dificultad para concentrarse, como demostraron varios equipos de investigadores en publicaciones de Neurology Clinical Practice y el Journal of Infection, algunos pacientes de covid-19 detectaron estos efectos secundarios hasta tres meses después de pasar la enfermedad en un porcentaje que ahora ha aumentado al 43%, según ha detallado el profesor del Máster en Neuropsicología Clínica de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Aarón Fernández del Olmo.
En declaraciones a Europa Press, el experto señala que la niebla mental se da en pacientes con un perfil «muy oculto», ya que no es un síntoma que se detecta a primera vista, sino que, como él mismo explica, es latente en pacientes de esta enfermedad que se encargan, en su día a día, de «tareas que tienen más estímulos» durante mucho tiempo en el que también padecen fatiga.
Para poder definir los límites y parámetros de este efecto secundario tardío del coronavirus, investigadores americanos del NewYork-Presbyterian, junto con el Columbia University Irving Medical Center, llevaron a cabo un estudio en el que siguieron a 120 pacientes y detectaron que tres meses después de su recuperación el 30% —porcentaje que ahora ha aumentado según los últimos avances mencionados— de ellos sufrían pérdida de memoria y problemas de atención o para concentrarse.
Es este conjunto de síntomas neurológicos provocados por el covid-19 lo que, en opinión de los expertos, se define como niebla mental; es decir, los signos que obstaculizan el correcto funcionamiento del cerebro y que «nos saturan», como indica Fernández del Olmo a Europa Press.
En caso de percibir estos síntomas, los profesionales recomiendan que, si pasado un tiempo persisten, acudir al médico si estos efectos afectan al normal desarrollo de su día a día. Aparte de esta visita, también aconsejan a quienes padecen niebla mental o niebla cerebral que tengan la mente ocupada y, sobre todo, lleven un estilo de vida saludable alejando los malos hábitos.
Aunque se trata de una sintomatología que, hasta el momento, se ha encontrado en pacientes que han atravesado una infección leve por coronavirus, existen otros efectos del covid-19 persistente que, según un informe publicado en The Lancet, pueden surgir durante los dos años siguientes al contagio:
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