Un niño disléxico intenta decir las letras del alfabeto de una en una.

Qué es la dislexia y cómo saber si tu hijo la sufre

Dificultad para mantener la atención o para leer son algunos de los síntomas que te ayudarán a identificarla

Teresa Moreno

La dislexia hace referencia a un trastorno en el aprendizaje de la lectura y escritura, al tener problemas para identificar los sonidos y cómo se relacionan unas letras con otras (decodificación). La dislexia, que también es conocida como la dificultad de lectura, influye en aquellas partes del cerebro que trabajan el lenguaje. 

Las personas disléxicas presentan un coeficiente intelectual normal, así como una visión normal. De hecho, la mayoría de los niños que padecen dislexia pueden tener éxito en el colegio gracias al apoyo y ayuda de un tutor, así como a un programa de aprendizaje especializado. Otro de los puntos más importantes y, sobre todo, cuando son más pequeños es el apoyo emocional, ya que les ayudará a sobrellevar la situación y a que no les condicione en su día a día.

Pese a que la dislexia no tiene cura, la detección temprana ayuda a obtener mejores resultados. Por eso, es frecuente que en numerosas ocasiones la dislexia no se diagnostique durante muchos años hasta ya muy bien entrada en la edad adulta. En cualquiera de los casos, nunca es tarde para buscar ayuda.  

Cómo identificar la dislexia en tu hijo o hija 

Los signos de este trastorno pueden ser difíciles de identificar. Por eso, es necesario que conozcas cuáles son esos síntomas específicos de la dislexia para que puedas detectarla.

Es muy probablemente que desde bien pequeño tu hijo o hija muestre algunas señales que puedan denotar un problema, pero en ese caso el maestro o la maestra serán los primeros en notarlo. La gravedad que presente tu hijo o hija puede variar, pero el trastorno puede hacerse más evidente a medida que crece, especialmente, cuando aprende a leer.  

Para que como madre puedas identificar que le está sucediendo a tu hijo o hija y puedas ayudarle a una detección precoz, para trabajar cuanto antes, desde Cadena Dial te explicamos algunos de los principales síntomas que presentan los niños con dislexia.  

Primeras señales de dislexia antes de la escuela 

Los signos que podrían ayudarte a identificar si un niño pequeño podría padecer dislexia son:  

  • Tarda en empezar a decir sus primeras palabras. 
  • Aprende nuevo vocabulario a un ritmo lento. 
  • Dificultad para formar palabras correctamente, ya sea confundiendo palabras que suenan igual o invertir algunas sílabas de la palabra.  
  • Problemas para acordarse de letras, números y colores. 
  • Poca facilidad para aprender canciones infantiles o juegos con rimas. 

Signos de dislexia en infantil 

Seguramente cuando tu hijo o hija entre en la escuela, los signos y síntomas de esa posible dislexia se hayan hecho más visibles. Para que puedas identificarlos aquí te mostramos algunos de ellos:  

  • El nivel de soltura en la lectura está muy por debajo de que lo se espera para su edad. 
  • Presenta dificultades para procesar y entender lo que escucha de otras personas. 
  • En una conversación le cuesta encontrar la palabra correcta o dar respuesta a preguntas. 
  • Problemas para acordarse de las cosas. 
  • Dificultad para ver (y a veces escuchar) las similitudes y diferencias que existen entre determinadas letras y palabras.  
  • Por lo general, se sienten incapaces de pronunciar una palabra que desconocían. 
  • Dificultad para deletrear una palabra. 
  • Tardan más tiempo en hacer una tarea de leer o escribir.  
  • Evitan hacer actividades que conlleven leer. 
  • Se les suele dar mejor memorizar elementos gráficos: mapas, esquemas… 
  • Les cuesta mantener la atención en un punto concreto. 

Síntomas de dislexia en adolescentes y adultos 

Aunque se haga la distinción por etapas, las señales de dislexia en adolescentes y adultos son muy similares a las de los niños. En cualquier caso aquí te explicamos algunos de los matices que cambian: 

  • Presentan dificultades para leer y, especialmente, si es en voz alta. 
  • Les cuesta deletrear. 
  • Dificultades para pronunciar nombres y personas, así como para recordarlas. 
  • A sí mismo, les cuesta entender las bromas o expresiones que no son muy simples de entender, como “pan comido”, que hace referencia a qué es fácil. 
  • Dificultad para hacer un resumen de una historia o sintetizar ideas, ya que les cuesta discernir. 
  • Problemas para aprender un idioma extranjero y resolver problemas de matemáticas. 
  • Tienen dificultad para prestar atención.
  • Están muy irritables. 

Por lo que, si crees que tu hijo o hija o algún niño o niña cercana a tu entorno presenta un elevado número de los síntomas descritos, notifícaselo a la escuela y trata de ponerte en contacto con algún especialista en neurodesarrollo para que se lo diagnostique. De esta, forma podrás ponerte cuanto antes a trabajar en su aprendizaje y evitar que le genere algún tipo de secuela emocional y social, que en la mayoría de los casos acaba mermando y afectando a su salud.  

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