Por eso se hace esencial una rutina de belleza que incluya limpieza, hidratación y protección. Además de incorporar ciertos ingredientes en nuestra rutina cómo ácido hialurónico, ceraminas y antioxidantes, que reduzcan el daño provocado por los radicales libres.
Ingredientes cómo el ácido ferúlico, la vitamina C y el resveratrol en tu crema de día, aportarán luminosidad, minimizan arrugas y líneas de expresión y mejoran el aspecto de la piel. Para la noche el retinol te ayudará a la síntesis del colágeno, te aportará luminosidad, minimiza arrugas y manchas y te ayudará con la falta de firmeza.
Otro gran aliado es el masaje facial, te ayudará a mejorar la firmeza, luminosidad y apariencia general de la piel, porque estimula la circulación, promueve la producción de colágeno y ayuda a drenar líquidos. Puedes hacerlo con las manos, hacer yoga facial o usar un masajeador facial.
Puedes usar el kansa wand, una herramienta originada hace más de 5000 años. Es una barra de madera con forma de cúpula de metal y está hecha de cobre, estaño y zinc. Sirve para aliviar tensiones musculares, relajar el sistema nervioso y mejorar la elasticidad de la piel, además elimina toxinas y mejora la circulación sanguínea. Su utilización produce una sensación de bienestar inmediato. Además estimula la producción de colágeno y la producción de ácido hialurónico.
Se usa moviéndola en pequeños movimientos circulares por toda la cara, desde la frente en dirección ascendente desde el nacimiento de las cejas al nacimiento del pelo con movimientos cortos pero profundos.
Además trata de incluir un peeling al menos una vez a la semana para acabar con las células muertas, dar luminosidad a tu piel y minimizar las arrugas y manchas. Lo mismo debes hacer con las mascarillas, inclúyelas en tu rutina semanal, eso si, hazte con una que contenga potentes activos anti edad que te ayuden a revitalizar y redensificar tu piel. Además lo notarás en la hidratación y la luminosidad de la misma.