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Perros y niños

¿Perros y niños? Las claves para una buena convivencia en casa 

Las mascotas y los pequeños tienen que entenderse

Lucía Puig

Los niños son grandes amantes de los animales. Y cuando en casa confluyen niños y perros suele ser muy divertido para todos. Los pequeños de la casa tienen que aprender a convivir con las mascotas porque hay veces que se comportan con los animales como lo que son, niños y puede les hacen alguna trastada. Esto es fácil de solucionar. Solo hay que contarles como son los perros, como interpretar sus señales para que ellos las capten y actúen en consecuencia. 

Una vez superados los pequeños obstáculos para la convivencia ambos disfrutan de una experiencia maravillosa de la que los niños aprenderán sin darse cuenta valores como la empatía, el cuidado del otro y el respeto.  

Hay que explicarle al menor que nuestro can se expresa obviamente sin hablar y que se comunica a través de gestos, que en cuanto los reconozcamos, la relación fluirá. 

  • Nuestro perro mueve la cola cuando está contento. Es uno de los gestos más conocidos e indicativos. Al llegar a casa los perros suelen hacerlo sobre todo si han pasado tiempo solos. Es su modo de decirnos que se alegran de vernos.  
  • Si el perro se tumba sobre su lomo y con las patas hacia arriba, nos está diciendo que está eufórico y esperando caricias y juegos.  
  • Las orejas tiesas son indicativas de tensión por parte del perro. Está alerta por cualquier motivo, que puede ser un ruido ajeno en el exterior de la casa.
  • Cuando ladra el perro nos está diciendo que se siente ansioso o estresado ante un perro o persona extraña. También ladran a veces porque están frustrados ante, por ejemplo, un cambio de planes. Si el perro espera salir a la calle porque es su hora o porque ha visto a su dueño coger las llaves y la correa y no sale, se lleva una decepción que expresará ladrando.  

Es recomendable que el pequeño sepa que cuando el can mueve la cola y agacha su cuerpo y su cabeza indica que está contento o eufórico. Si tiene las orejas inhiestas y la cola quieta y hacia arriba, está en tensión. El perro que arrastra el cuerpo por el suelo, tiene la cola entre las patas y las orejas hacia detrás, comunica que se somete a otro individuo, ya sea persona o animal, a quien considera el líder. 

Los niños deben respetar también los tiempos de los canes. Si el perro está tumbado durmiendo lo más seguro es que no le apetezca jugar en ese momento. Necesitan su intimidad y ellos pueden marcar sus tiempos de juego y descanso, que los pequeños tienen que comprender. Los momentos en los que el perro come tampoco son los más indicados para que el niño intente acercarse a él. 

Si nuestro hijo nos pide su primer perro podemos buscar sexo y raza más adecuado a ellos. En principio, las hembras son más cariñosas, dóciles y menos territoriales.  Hay razas que son mejores que otras para la convivencia con menores. Algunas de ellas son: Schnaucher, Labrador, Caniche y San Bernardo. No obstante, el carácter del animal también influye en como vaya todo.

Los expertos recomiendan que los niños de ocupen de los cuidados del perro. En función de la edad de nuestros hijos podemos establecer si puede bañarlo o si puede acompañarnos a dar uno de los tres paseos diarios que necesitan los canes. Si tienen responsabilidad se sentirán más unidos y el perro lo agradecerá estableciendo una relación de confianza.

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