¿Qué le pasa a mi cuerpo cuando dejo de tener sexo? La respuesta a esta pregunta quizás te la hayas imaginado, o lo que es peor, ya la has vivido, pero desde el punto de vista físico, y mental, hay una serie de factores que hay que tener en cuenta para que sepas lo que te estás perdiendo y lo que puedes ganar.
El sexo es muy beneficioso para la salud. No practicarlo podría conllevar estas consecuencias:
– Aumentaría la posibilidad de padecer cáncer de próstata y de tener problemas de disfunción eréctil.
– Serás más propenso a padecer gripe y a resfriarte.
– Padecerás menos infecciones de orina. Algo bueno tenía que tener la abstinencia.
Al tener sexo el organismo desprende dos sustancias que nos ayudan a vivir mejor. La dopamina mantiene controlada la ansiedad y contribuye en mejorar nuestra concentración. La oxitocina ayuda a ver a la pareja sexual de otra forma y a tener una relación de pareja más sana. ¿A que nunca te habías planteado que habían beneficios más allá del propio placer?
Practicando sexo resulta más sencillo integrarse en la sociedad y tener más autoestima. La ausencia total del mismo, o bien el entrar en otra etapa de la vida, provoca que la persona se sienta peor, más triste y por ende más expuesta a enfermedades y a otro tipo de dolencias.
Si hay una serie de motivos que provocan que no puedas, o no quieras tener sexo (ser asexual es más normal de lo que piensas) has de saber que hay alternativas. Para paliar los efectos físicos y mentales sería aconsejable que no pensases solo en lo que te falta sino también en lo que puedes cambiar para mejorar tu vida.
El deporte, la lectura, aprender algo que no conoces o dedicarte a algún tipo de trabajo intelectual son las mejores opciones. ¿Por qué? Porque no pensar en el sexo te dejará más tiempo para concentrarte en otro tipo de actividades. Si no lo crees, te proponemos un juego.
Mañana, usa el cronómetro de tu móvil y ve midiendo el tiempo que utilizas en pensar en el sexo (incluye ver vídeos porno en Internet, tus fantasías y todo lo relacionado con el tema). Multiplica el resultado por 5 y ten presente que los fines de semana se piensa el doble. Cuando observes el tiempo que gastas a la semana en el sexo multiplícalo por 4 y después por 12. ¿Cuántos días «pierdes» pensando en el sexo?
Lo que queremos comentar es que pensar en el sexo es algo natural y la obsesión con el tema no es demasiado aconsejable. De hecho, es tan perjudicial como no practicarlo. ¿Dónde está el punto medio? Pues cada vez que puedas practica. Lo sabemos, no es tan fácil, pero siempre hay alternativas a mano para conseguir salud y no tener que perder demasiado tiempo de estudio o de trabajo pensando en lo que te gustaría hacer.
Y, sobre todo, ten siempre presente que los tópicos sobre el sexo y la masturbación son todos completamente falsos. Escoge la sexualidad que quieres tener, pero ten en cuenta que si optas por no tener relaciones tendrás que apostar por otras actividades que garanticen tu salud.
Recuerda que no dejamos de ser animales por lo que tener sexo va en nuestra naturaleza. Las consecuencias de obviar esta realidad ya las conoces. Ahora todo dependerá de ti. Tú sabrás cómo quieres vivir tu vida, qué quieres hacer con tu cuerpo y de qué forma te apetece afrontar tu madurez. Pero recuerda siempre que el sexo es natural, que no es algo sucio y que, sin duda alguna, es de las mejores actividades que podrás hacer para disfrutar de la vida.
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