El artista malagueño se sincera y habla de todo lo que hay detrás de ‘La cuarta hoja’, su nuevo disco. Un álbum hecho “sin complejos, desde la diversión” en el que experimenta nuevos registros. El artista confiesa que este trabajo es el resultado de la vuelta a la vida después de todo lo vivido durante la pandemia, para “celebrar el amor, la vida, la amistad…”.
‘La cuarta hoja’ se convierte en el disco más alegre de su carrera y representa los nuevos cambios del malagueño, aunque reconoce que “parece que a veces la melancolía fuera más inspiradora que la felicidad”. Pablo también habla sobre cómo mezcla en sus canciones tanto historias que él ha vivido como otras que se imagina para recrear cómo se sentiría: “En mi vida diaria no soy así de intenso. No soy para nada sufridor. En realidad la música es un lenguaje, y como todo lenguaje lo usas para contar lo que sientes en cada momento”.
El cantante también ha querido sincerarse sobre qué opina sobre la industria de la música: “Sé que hay cosas que nunca podrás controlar y que, para ciertas personas, no eres más que un número”. “Desde muy joven le he visto los ojos a la industria y he luchado para que ciertas cosas que en ella ocurren no afecten a mi libertad” confiesa Pablo Alborán, insistiendo en la importancia de no pretender ser alguien que no eres y en su lucha frente a las presiones.
“Mi historia sentimental ha sido preciosa, libre, sin conflictos. Pero no todo el mundo, por desgracia, puede aún vivirlo así. El problema del respeto a la identidad de cada uno sigue existiendo y es muy serio” confiesa, y recuerda una vez más lo importante que ha sido para él mantener su privacidad: “Una vez que he declarado con naturalidad lo que soy y lo que siento, he preferido mantenerlo muy dentro de mí, protegerlo mucho”.
“Una historia que no he vivido me inspira más que una de mi propia biografía. Me gusta recrear cosas que no me han pasado. ¿Qué sentiría si me hubiesen puesto los cuernos o si los pusiera yo, si me enamorara de dos personas a la vez…? Es muy creativo ese juego”.
“Es mentira que uno pueda siempre llegar a ser lo que le dé la gana. Menos aún lo que otros quieran que seas. No podemos forzarnos a ser lo que no somos”.
“Creo que de alguna manera estamos perdiendo la magia, el romanticismo que siempre ha acompañado a la profesión de músico”.
“Siempre he tenido que hacer el esfuerzo para romper yo el hielo en las relaciones para evidenciar que ser famoso no te convierte necesariamente en gilipollas”.
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