Ómicron, la nueva variante del SARS-CoV-2, dispara los datos de contagio a través de toda Europa. Pese a que se ha llegado a contener la mortalidad del virus, todavía hay muchas dudas sobre esta mutación.
La variante, dominante en gran parte del mundo, resulta muy eficaz en sus mecanismos de transmisión. Algunos expertos han llegado a señalar que Ómicron puede tardar solo dos horas en contagiar a un nuevo contacto. Un tiempo de incubación nunca antes visto en el coronavirus.
Lo cierto es que, aunque la curva de contagios continúa al alza a una velocidad imparable, los datos sobre ingresos y fallecimientos reducen su incidencia respecto a variantes previas. Al menos, una buena noticia…
Los último estudios sobre el coronavirus llevados a cabo en Estados Unidos y Hong Kong, apuntan a que la ventana de transmisión de Ómicron es mucho menor en el tiempo.
Las personas llegan antes a la fase de contagio que también se ve reducida respecto a las variantes Alpha o Delta. Además, este periodo de alta transmisión es mucho más próximo a la aparición de los síntomas.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) americano, reducía las cuarentenas, sin síntomas, hasta los cinco días. «La ciencia demuestra que la mayor parte de la transmisión ocurre temprano en el curso de la enfermedad, en uno o dos días antes de la aparición de los síntomas y dos o tres días después»
Por su parte, el Ministerio de Sanidad ha tomado en consideración este nuevo comportamiento del virus, reduciendo así los aislamientos de los casos positivos de diez a siete días.
Pero entonces, ¿cuántos días puede una persona contagiar por ómicron y cuándo deja de hacerlo?. La respuesta no es sencilla… Todo apunta a que el virus se propaga con mayor intensidad durante los dos o tres días previos a la aparición de los síntomas. Además, perdura hasta los dos o tres días desde que se detecta alguna molestia respiratoria.
Podríamos convenir que una persona es altamente contagiosa únicamente durante una media de cinco días en torno al contacto estrecho. Una buena noticia, sobre todo de cara a la economía, puesto que la libre circulación de los casos positivos no se verá tan comprometida como hasta ahora.
«El problema es que como hay tanta incidencia esto genera un problema económico en el país. Por eso es razonable que si estamos más protegidos por la vacuna, los síntomas son más leves y la trasmisión más rápida se pueda pensar en bajar los tiempos de cuarentena», afirma el doctor Marcos López Hoyos, Presidente de la Sociedad Española de Inmunología y Director Científico de IDIVAL.
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