Danone, Cola Cao o Gallo son algunas de las marcas que reducen «la cantidad del envase y mantener o incluso aumentar el precio, con lo cual el efecto pasa casi desapercibido para los consumidores y se produce un aumento enmascarado de los precios», explica Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios.
Hay en ocasiones que no aumenta el precio, sino que lo reducen para hacer creer que está más barato. Sin embargo, el envase contiene menos cantidad del producto.
Sin duda, este práctica consiste en ofrecer menos al mismo precio. Sobre todo se da entre los productos con envasados opacos que hasta que no los abres no te das cuenta de que hay menos cantidad.
«Buscan enmascarar la subida de precios. En la situación de crisis que vivimos, los consumidores son muy sensibles a las subidas de precios y digamos que castigan no comprando aquellos productos que, a sus ojos, aumentan de precio», explica García.
Según afirma la OCU, la rebaja en la cantidad se mueve entre el 5% y el 10%, totalmente relacionado con la falsa bajada del precio.
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En los botes de Cola Cao se reduce 40 gramos, la margarina Tulipán unos 50 gramos menos y los yogures de Activia lo hacen 5 gramos menos. Por ejemplo, te habrás dado cuenta de que las bolsas de patatas fritas cada vez vienen con más aire que con el propio alimento.
Sin embargo, también podrás encontrarte el truco de la reduflación en champús, latas de conserva y muchos artículos básicos.
Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, lanza un consejo hacia aquellas personas que se han percatado de esta práctica cada vez más extendida. «Lo que hay que hacer siempre es mirar el precio por kilo o por litro, algo que la ley obliga a poner a los establecimientos comerciales, y comparar en el mercado valorando cómo evoluciona, si tenemos memoria o con alguna anotación».
La OCU sostiene que es recomendable no acudir a las ofertas como el 3×2, los llamados «ahora con X gramos más gratis», porque pueden esconden el engaño de la reduflación.
«Tendremos que ser más listos para ver en qué gastamos el dinero. Por ejemplo, hay que acudir a las apps de comparación de precios», sostiene Eduardo Irastorza, profesor del OBS Business School.
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