Cada vez somos más conscientes de que es un error idealizar las vidas de los demás por lo que comparten en sus redes sociales, como también lo es creer que la fama solo trae cosas buenas y los artistas, por ejemplo, no pueden tener días malos. En este punto destacan rostros como Luis Fonsi, que en sus redes siempre intenta compartir una imagen lo más natural posible.
Además de su talento, Luis Fonsi se ha ganado el cariño de muchos también por su sentido del humor. Este sabe que es un afortunado, pues no solo se dedica a su mayor pasión sino que además tiene una bonita familia de la que presume con frecuencia.
Si bien les declara habitualmente su amor a su mujer, Águeda López, y sus hijos, también muestra otros momentos menos ideales. Recientemente en sus historias compartía una imagen de su mujer y su hijo dormidos. «Aparentemente mi conversación era aburrida«, comentaba entre risas.
En otra de sus publicaciones más recientes este mostraba un «Instagram vs. Realidad» en toda regla. Convertido en un auténtico barman, el artista se había puesto tras una barra y servía lo que aparentemente parece ser un cóctel. No obstante, mientras en la primera imagen se le ve como acierta vertiendo el contenido, en la siguiente se descubre que este más bien quedó desparramado por la barra y posteriormente tuvo que limpiarlo. ¡Menos mal que se lo toma con humor!
Luis Fonsi lo tiene claro: de lo que vemos en redes hay que creerse lo justo
Esta clase de imágenes ya las habíamos visto antes en su cuenta. En otra ocasión compartió varias instantáneas en las que aparece hablando por teléfono. Cualquiera diría que parece muy ocupado e incluso gestionando cosas realmente serias. «Ha sido un día intenso en la oficina. Muchos contratos firmados, llamadas y reuniones con empresarios, abogados, presidentes, gobernadores…«, expresaba este.
Pero más tarde descubría la realidad. «¡¡Es mentira todo!! Hoy toqué mi guitarra, canté varias canciones y ahora me voy a tomar un vino español con varios amigos. Plan ganador. Bye«, añadía en la misma publicación. Una prueba más de que no hay que sacar conclusiones de la vida de los demás por las fotos que comparten estos. ¡No es más que una pose!
