Detrás de niños tristes, preocupados, con falta de sueño y de interés por ir al cole y hacer cosas que le gustan, puede estar un tipo de maltrato psicológico por parte de los padres al que los expertos denomina incesto emocional. Se trata de padres que entienden que los niños tienen obligación de darles soporte emocional, algo imposible, lógicamente por una cuestión de falta de madurez en los niños.
En la mayoría de los casos los progenitores no son conscientes de estar perjudicando a sus hijos con este tipo de conductas e incluso a veces piensan que contándoles sus problemas fortalecen el vínculo con ellos, nada más lejos de la realidad. Por eso también se conoce como incesto encubierto.
Desde niusdiario.com, explican que los psicólogos lo definen como «un tipo de maltrato psicológico en el que el menor, se ve obligado a asumir el papel de paño de lágrimas de sus padres, un rol que no le corresponde y que puede tener un enorme impacto en el desarrollo psicológico del niño.»
El término fue descrito por primera vez en los años 90 por la doctora Patricia Love. En su libro, The Emotional Incest Syndrome: What to do When a Parent’s Love Rules Your Life (1991), dónde lo explica como «una relación desadaptativa entre los progenitores y sus hijos, en la que los primeros recurren a los niños para satisfacer sus necesidades emocionales».
Este tipo de patología se produce cuando «el progenitor o progenitora deja de ejercer su rol de cuidador y prioriza sus propias necesidades emocionales a las de sus hijos, a los que -de alguna manera- usurpan su rol.».
Suele ocurrir más frecuentemente en casos de adultos que carecen de ese soporte emocional por parte de otros adultos y terminan por asignarles a sus hijos un rol que no les corresponde en absoluto.
El mismo medio habla de un estudio publicado la National Library of Medicine (EEUU) en el que Cimsic y Akdogan (2021) desarrollan una serie de síntomas para identificarlo:
En definitiva tal y como explican desde psicologiaymente.com, «el progenitor ignora las necesidades de su hijo o hija, tratándolo como un adulto en lugar de un niño. El padre o madre no se preocupa por las necesidades del niño como lo haría un cuidador responsable, sino solo por las suyas propias.»
Lo más importante en estos casos es tomar conciencia de que uno ha sido víctima del incesto emocional y ponerse en manos de un profesional, en algunos casos son los propios padres los que ven síntomas en sus hijos que pueden confundirse con ansiedad y depresión y al acudir a un profesional es este quién les pone enfrente el diagnóstico correcto.
© Sociedad Española de Radio Difusión, S.L.U.
© Sociedad Española de Radiodifusión realiza una reserva expresa de las reproducciones y usos de las obras y otras prestaciones accesibles desde este sitio web a medios de lectura mecánica u otros medios que resulten adecuados a tal fin de conformidad con el artículo 67.3 del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre.