Los zapatos de tacón, uno de los complementos preferidos por muchas mujeres. Y es que dando con el calzado adecuado podemos arreglar cualquier conjunto básico aportándole un aire más formal o incluso festivo.
Los acabados en punta y con tacón elevado son grandes apuestas. Ahora bien, estos también pueden tener consecuencias en nuestro cuerpo, desarrollando problemas de salud como el llamado neuroma de Morton. El Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) ha advertido de esta dolencia en los pies que es poco conocida por la población.
Dado que está muy relacionada con el uso excesivo de calzado en punta y tacón elevado, son las mujeres las que suelen padecerlo con mayor frecuencia. Este tipo de zapatos generan neuropatía por compresión, dado que el pie va entumecido y en un estado antinatural, lo que hace que la parte delantera del pie reciba una elevada presión.
«El neuroma de Morton es una fibrosis que aparece alrededor del nervio digital plantar cuando pasa por las cabezas metatarsiales, y es común que esté entre el dedo tercero y cuarto del pie, aunque podría aparecer entre otros dedos. Es un dolor muy molesto porque es de tipo eléctrico, como el que podemos sentir cuando nos damos un golpe en el codo. Entonces, esto implica que cuando aparece el dolor vaya acompañado de una reacción corporal de movimiento brusco«, ha explicado Pilar Nieto, presidenta del ICOPCV, en un comunicado. Declaraciones que han recogido diversos medios como 20minutos o El Heraldo de Aragón.
Los expertos podólogos explican que este dolor es el resultado del roce continuo sobre el nervio. Hablamos de neuritis en sus estados iniciales, pero el nervio puede «engrosarse» en momentos más crónicos.
Aunque el uso del calzado acabado en punta y con tacón elevado está muy relacionado con el neuroma de Morton, no es la única causa. También puede deberse a los conocidos como ‘dedos en garra’. Esta deformación en los dedos de los pies puede comprimir el nervio de la misma forma y terminar ocasionando el dolor.
Otras causas pueden ser la de apoyar mal el pie al caminar o la del mal uso de unos zapatos en cuestión que nos presionan el pie demasiado. En este último caso lo mejor es deshacerse del calzado que esté ocasionando el daño para que el problema no vaya a más, pues en los casos más graves pueden ser incluso necesarias infiltraciones en la zona del dolor o incluso la cirugía.
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