Las fabrica la farmacéutica sueca De Faire Medical, que explica que para que haga efecto se deben tomar dos píldoras antes de empezar a beber (la primera doce horas antes de beber y la segunda una hora antes) se consigue que hasta «hasta el 70% del alcohol se descomponga pasados 60 minutos», aunque eso si, está indicado para bebedores moderados.
Y es que no es un invento reciente, la empresa las inventó en 1990, pero han seguido investigando para dar con la mejor fórmula posible.
Según sus fabricantes, este efecto antiresaca reside en la alta capacidad del medicamento para descomponer el alcohol, “se consigue, activando las bacterias Bacillus subtilis y Bacillus coagulans, L-cisteína y B12 en el intestino, antes de que el alcohol llegue al hígado. Después trabajan juntas para descomponer el alcohol en agua y dióxido de carbono, con una producción mínima de acetaldehído o ácido acético”
De momento los científicos se muestran bastante excépticos ante el medicamento ya que las dos bacterias incluidas en ella son bacterias probióticas que se cree que son saludables para la digestión y la L-cisteína ha sido promocionada para acabar con la resaca pero según los expertos no hay evidencias de que esto sea cierto.
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