El primero de ellos tiene que ver con comer hasta llenarnos un ochenta por ciento. Algo a lo que en Japón llaman Hara Hachi Bu y que consiste simplemente en evitar sentirnos llenas o empachadas. Es decir parar de comer cuando dejemos de tener hambre. Así de sencillo.
Otro de estos hábitos es comer alimentos de fácil digestión, con lo que conseguiremos dormir mejor, evitar la inflamación y aportar fibra a nuestro organismo. En este sentido la dieta mediterránea es ideal, además de alimentos cómo los cereales integrales, el pollo, las verduras, los frutos rojos y frutas como la manzana o la sandía. Vamos con más hábitos.
Para ello llena tu bañera con agua a unos 40 grados de forma que al meterte en ella te cubra todo el abdomen. Conseguirás que tu metabolismo trabaje para mantener la temperatura corporal y con ello quemarás grasas y azúcares además de desinflamarte. Bastará con un bañó de 20 minutos para conseguir efectos similares a caminar a buen ritmo durante media hora.
Y por último está la dieta de la respiración prolongada, su objetivo es que nuestro cuerpo consuma oxígeno para quemar grasa. Se trata de una técnica que consiste en pararse en una determinada posición, respirar durante tres segundos y exhalar con fuerza durante otros siete segundos.