Y es que la jardinería fomenta los hábitos saludables, la curiosidad, el aprendizaje, la paciencia, la constancia, la observación y el ejercicio físico. Tomarán contacto con la naturaleza y sentirán la satisfacción cuando la planta crezca de haber conseguido un éxito, además de conocer de donde proceden los alimentos que comen.
No importa si tienes mucho o poco espacio. Si cuentas con poco espacio puedes plantar tu huerto en macetas y si dispones de un poco más de sitio puedes utilizar jardineras o incluso una mesa específica de huerto.
Lo primero es buscar una zona de nuestra terraza o balcón que reciba al menos cinco horas de luz al día, no hace falta que sean seguidas. Una vez escogido el sitio, lo siguiente es escoger qué vamos a plantar y en base a eso elegiremos dónde plantarlo, en macetas de barro o en estructuras de madera si tenemos espacio.Por ejemplo, para las hierbas aromáticas no son necesarias macetas muy profundas. Mientras que, para cultivar tomates o pimientos, sí que harán faltas macetas más grandes.
En los viveros o floristerías además de en internet puedes encontrar un montón de información al respecto, en este sentido la época del año, la luz y el clima y el espacio con el que contemos son deterrminantes.
A continuación debemos decidir si plantar semillas o plantones, por ejemplo las zanahorias o los pepinos se cultivan bien desde las semillas, mientras que en el caso de los tomates o los pimientos es mejor comprar plantones en vivero.
Es importante mostrarles a los niños cómo crece una planta desde la semilla, mostrarle su ciclo de vida completo y que vea cómo regándola y cuidándola crece. Enséñale además a preparar la tierra, para ellos es un juego, dile qué abono usar y cómo hacerlo, en cualquier vivero te informarán y fomenta que se encargue de mirar si la tierra está seca y la riegue, a los pequeños les encanta regar.