Una merienda sencilla y rica: mini tartitas de queso

En España podemos encontrar el origen de la tarta de queso en el norte

Ana Más

La primera referencia a la tarta de queso llega de la Antigua Grecia, desde la Isla de Samos, hace 4.000 años. Se trata de un alimento tan energético que se ha constatado que en el año 776 a.C. se utilizaba para alimentar a los atletas en los Juegos Olímpicos.

En España podemos encontrar su origen en el norte, sobretodo en Cantabria con su quesada pasiega que en un principio se hacía con leche de vaca cuajada, mantequilla, huevos y harina, y que ya aparece en algunos textos medievales. De hecho, en el Libro del Buen Amor, del Arcipreste de Hita (Siglo XIV), ya encontramos una receta muy similar.

Si te encanta este postre sabrás que las hay de muchos tipos: con nata, leche en crema, leche evaporada, huevos, maicena, avena, azúcar, ágave, dátiles, galletas, bizcocho, mantequilla, y que pueden ir acompañada de frutas, mermeladas e incluso chocolate. Pero hoy te hablamos de su versión mini, aunque no por ello menos nutritiva y saciante. Te contamos cómo elaborarla.

Una merienda sencilla y rica: mini tartitas de queso

Para hacer ocho unidades de esta versión mini de tarta de queso necesitas los siguientes ingredientes:

  • 200 gramos de queso crema de untar
  • 150 gramos de yogur skyr natural
  • 15 gramos de proteína en polvo sabor vainilla o neutra, puedes sustituirla por maicena o harina de avena
  • Un huevo 
  • Esencia de vainilla (opcional)ml
  • Edulcorante apto para cocinar apto para cocinar al gusto (opcional)
  • Arándanos frescos o congelados u otra fruta

Para elaborarla, precalienta el horno a 170 grados arriba y abajo. Bate en un recipiente con batidora de varillas el queso, el yogur, el huevo, la esencia de vainilla y el edulcorante. Añade la proteina y bate un poco más, pon la mezcla en una bandeja para magdalenas previamente engrasada. Pon las frutas encima presionando ligeramente y hornea unos 25 minutos. Cuando pinches con un tenedor y salga limpio sácalas del horno y deja que se enfríen.

Son ideales como merienda, desayuno o para darnos un capricho de dulce, sobretodo si hemos hecho ejercicio y necesitamos recuperar energía y nutrientes.

En cada parte del mundo hay variaciones de la receta, con distintos tipos de queso: mascarpone, feta o cottage en el caso de Italia, Grecia y Alemania respectivamente.

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