Y es que hacer la pizza en casa es mucho más saludable, ya que así puedes controlar los ingredientes y ya si eres capaz de hacer tú mismo la base (mejor con harina integral, la harina blanca refinada aumenta tus niveles de insulina y tu hambre) mejor que mejor, si te cuesta mucho hay varias opciones en el súper de masa de pizza.
Y precisamente con la elaboración de la masa tiene que ver el primer consejo, que en este caso nos da el chef italiano Pino Prestanizzi. Para hacer la masa debes poner 500 gramos de harina tipo 00, 350 centilitros de agua, 10 gramos de levadura (una cucharada), 20 gramos de sal y un buen chorro de aceite de oliva virgen. Mezclar la levadura con la harina, añadir la mitad del agua y mezclar bien, luego la pizca de sal e incorporar el chorro de aceite y el agua que queda y amasar bien hasta formar una bola. Ah y muy importante dejarla tapada con un trapo limpio dos horas para que suba la masa sin que le entre aire.
Y siguiendo con la masa el siguiente truco es precisamente prehornearla, esto es meterla extendida pero sin ningún ingrediente en el horno, le quitaremos así la humedad y quedará más crujiente. Basta con tenerla un par de minutos.
El siguiente truco se refiere al tomate, debemos buscar uno con bajo contenido en agua, lo más denso posible, así conseguiremos que la masa no se humedezca demasiado y si es natural muchisimo mejor.
Si usas mozzarella mejor fresca, un truco es apretarla con un paño de cocina para que pierda humedad. Podemos usar también cualquier queso curado, de oveja, cabra o vaca.
Procura no utilizar muchos ingredientes, bastará con una base y uno o dos ingredientes, si no al final no se distinguirá ningún sabor y la pizza no te sabrá a nada. Si utilizas cebolla o pimiento sofríelos antes un poquito en la sartén y añádelos luego a tu pizza, así evitarás que se quemen. Para terminar ralla un poco de queso parmesano encima, le dará muy buen sabor.
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