La cruz del mapa es historia. El disco que Manuel Carrasco lanzó hace cuatro años y que tantas alegrías le ha dado (en cierto modo con él ha conseguido dar un vuelco a su carrera) tiene ‘sustituto’: Corazón y flecha, su nuevo álbum, ve la luz el próximo 25 de noviembre. Un disco que llega nuevamente cargado de energía positiva, marca de la casa, pero también de pura verdad.
En una entrevista con la revista Harpers Bazar este confesaba que en este disco había tratado de buscar nuevos horizontes, que es básicamente la forma en la que uno puede evolucionar. El éxito de su anterior disco puso el listón muy alto, pero Manuel Carrasco está convencido de que «quedarme donde estaba sería un error«. «Por mucho que me hayan podido pasar cosas excepcionales, no pienso que lo he hecho todo. El hambre, en ese sentido, siempre existe«, manifestaba.
Eso no quita que en la creación de este disco haya sentido presión por cumplir las expectativas y estar a la altura de su anterior trabajo. «No es fácil, porque esa presión llega por todos sitios. Me ha costado más que nunca aislarme y sacar la parte más fresca de mí, pero ahí sigue. Puede parecer que he conseguido más de lo que pensaba, pero esa voz interior mía es mucho más crítica de lo que la gente ve. A veces es una sensación que abruma», se sinceraba.
Aunque aún tendremos que esperar un poco para conocer el proyecto al completo, de este ya hemos podido escuchar varias composiciones. Todo comenzó con Fue y siguió con la positiva Hay que vivir el momento, el tema dedicado a su hijo pequeño, Coquito, y la más reciente, Ayer noche.
Todas ellas canciones de cosecha propia al 100%, pues Manuel Carrasco no solo trabaja en la composición de las mismas, sino que estas nacen de sus propias experiencias personales. «Tengo compañeros que me dicen que al escribir se lo inventan todo. Y yo los admiro. ¡Qué suerte, qué imaginación tan grande! Porque yo parto siempre de cosas muy mías y luego ya tiro de un hilo«, exponía este.
En su caso prefiere seguir creando como siempre lo ha hecho, basándose en emociones propias: «Tardo un poquito más, pero sigo cogiendo el agua de mi pozo. Si me equivoco o no, el tiempo lo dirá«.
Además, reconocía que algunas cosas sí se las puede inventar, «pero todo es mi presente y no todo tiene que ser bueno». «A la gente que me pregunta cómo puedo hacer una canción de desamor con lo bien que me va y la familia tan bonita que tengo, les respondo si ellos viven en unas 24 horas idílicas, porque yo no. No paso de puntillas por las cosas«, contaba este.
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