Maneras de detectar si tu hijo adolescente tiene una adicción

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Es importante tener una buena relación con nuestro hijo o hija adolescente, pues están en un proceso de cambio que necesitan tener a una figura maternal o paternal como referencia.

Hay que prestar a los distintos comportamientos que están experimentando al crecer. Se hacen mayores, y ellos mismos están lidiando con ello. Algunas de las dudas que les puede surgir a una madre o a un padre en este proceso es que empiecen a coquetear con las adicciones.

Descubre cómo saber si es cierto o no gracias a estos consejos.

Atención a la conducta de tu hijo adolescente

Cómo actúe tu hijo adolescente es crucial para saber cómo se encuentra, pero no debes obsesionarte, porque hará que haya un cambio de actitud en gestionar el hipotético escenario. Por ello, no hay unos síntomas claros a los que estar atentos por miedo a que los padres se conviertan en personas angustiadas.

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El doctor Xavier Fábregas Pedrell, médico especialista en adicciones y trastornos de salud mental y director médico de MAS FERRIOL, asegura que «los síntomas tienen que ver con el exceso. Todo lo que se hace de una manera exagerada puede ser problemático». 

Además, el experto asegura que «la adolescencia es una etapa de cambio, de confusión, de forzar los límites y eso es la adolescencia normal. Es conflicto con uno mismo y con el mundo».

Si dudamos de que nuestro hijo adolescente tenga una adicción, podemos valorar que cada uno puede reaccionar de una manera especial. En algunos se puede manifestar a través de la inquietud y en otro simplemente con un desazón puntual.

«Hay muchos profesionales a los que podemos consultar en caso de duda. Esto permitirá un mejor diagnóstico de la situación y evitará intervenciones inadecuadas», explica en doctor Fábregas.

Saltará la alarma de los padres cuando observes que están teniendo algún comportamiento que ponga en riesgo su vida, o movimientos extraños: autolesiones, conductas violentas, gasto excesivo de dinero, meterse en deudas…

Es importante afrontar el problema, asumir su existencia y actuar con serenidad. «De la misma manera que no podemos culpabilizar a alguien por tener una neumonía, no lo debemos hacer con quien es adicto. Si le podemos pedir que se haga responsable para aplicar el tratamiento que le puede curar», explica el doctor.