Tal y como explican desde niusdiario.es «cada vez son más los investigadores que atribuyen a la dieta un papel más importante en el desarrollo del cáncer. Marcos Malumbres, Investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) explica en el mismo medio, que para la mayor parte de la población en el riesgo de desarrollarlo «los hábitos como la dieta pesan más que los factores genéticos, al menos en las sociedades modernas” y añade que «se debe actuar sobre la nutrición, no solo para prevenir el cáncer, sino como intervención terapéutica”.
El investigador explica además que actualmente está claro que los hábitos nutricionales están detrás de muchos de los tipos tumorales más frecuentes «sobre todo los gastrointestinales y los de mama o próstata, dependientes de hormonas”. Y hace hincapié en cómo las investigaciones se han centrado en los últimos años en ver como «el tabaco, el alcohol, o el sol provoca mutaciones en nuestras células, y se nos ha olvidado lo más cotidiano, la nutrición y el estilo de vida.»
Malumbres habla de los procesados, bollería, zumos, comida rápida sobre los que explica que «A corto plazo, quizá, no tiene unas consecuencias muy grandes, pero a largo plazo afecta mucho. Por ejemplo, nuestro cuerpo está preparado para tomar una cantidad determinada de azúcar, que además, es adictiva para nosotros. El problema viene cuando acumulamos durante 30 o 40 años tal cantidad de azúcar, que es la responsable de varias enfermedades como la diabetes, la obesidad, pero también el cáncer».
El científico explica que en aquellas sociedades en las que no se consumen tantos procesados, el porcentaje de tumores es menor al cinco por ciento, mientras que en nuestra sociedad llegamos al treinta por ciento, «No hace falta discusión científica. Nuestra alimentación actual, unido a estrés, al tabaco y al alcohol, aumenta el riesgo de padecer cáncer. «
Estos países suelen ser Islas o territorios elevados donde casi no llegan alimentos procesados y todos ellos tienen en común una alta longevidad y un porcentaje de enfermedades muy bajo, comen lo que cultivan, toman bastante pescado y menos carne roja y los zumos y los bollos no están apenas presentes en su dieta.
Y habla sobre la importancia de la alimentación en la disminución del cáncer, «Al cambiar la dieta y el estilo de vida, hablamos de que a un niño le salga cáncer o no le salga. Se espera que, en 2050, la mitad de los hombres y una de cada tres mujeres tendrá un cáncer. Si solo con nutrición, conseguimos reducir del 50% al 10-5%, imagina lo que significa esto en nuestros hijos y nietos».
Una idea que apoya Miguel Ángel Seguí, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe de servicio de oncología del Hospital de Sabadell, que insiste en comer mucho verde, legumbres, proteínas procedentes del pescado, poca carne roja y hacer ejercicio y añade que no solo la dieta mediterránea es la buena, «también la dieta japonesa, basada en mucho pescado, o la nórdica que tiene mucha legumbre, vegetales y pescado azul, huevos y lácteos. Todas con poca carne roja y pocos alimentos procesados».
El médico insiste, cómo su colega, en que hay que evitar los procesados algo que es labor de todos incluidas las administraciones y es que «Bollería, azúcares, platos preparados, colorantes, estabilizantes una dieta basada en estos alimentos confirman que aumenta el riesgo de cáncer».
Y concluye diciendo que «hay que mandar el mensaje de que la vida sana tiene beneficios, quizá no sea tan divertida como la vida menos sana, pero si da muchos beneficios para la salud. Los alimentos que ahora nos facilitan la vida ahora nos la pueden complicar mucho en el futuro».
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