El grito de auxilio de madre desesperada: «Mi hijo lleva 10 años sin salir de la habitación pegado a la pantalla»
La adicción a los videojuegos e Internet llevada a su máximo extremo
«Soy viuda, tengo 58 años, me siento como si tuviera 100… estoy muerta en vida. Mi hijo tiene 31 años y lleva 10 sin salir de casa. Apenas sale de su habitación y se pasa los días jugando por Internet y viendo series y películas. Estoy desesperada”. Este es el desesperado mensaje de una madre malagueña.
En declaraciones a Nius Diario la mujer, que prefiere no dar su nombre por miedo a que el chico entre en una crisis de ansiedad o discuta con ella, explica que el joven que lleva desde los 22 años en esta dinámica y que antes de encerrarse en su habitación, “era un chico normal, muy buena persona, un poco tímido, iba a la universidad y tenía amigos”
Una madre desesperada
La mujer está desesperada y afirma que su hijo está enfermo y que solo sale de su cuarto para comer y ducharse. Además de tener pánico a salir, algo que ni siquiera ha hecho para vacunarse contra el Covid. La última vez que salió, fue el verano pasado para acudir al podólogo, ante una gran infección en los dedos del pie.
Sea lo que sea, explica “no es normal que su vida solo sea la Red, ni siquiera habla conmigo, ni hace vida en casa…. para él, la vida normal es jugar a los videojuegos y sus amigos virtuales, porque a los de toda la vida tampoco los ve.»
Una lesión deportiva en una rodilla fue el detonante para abandonar las relaciones sociales :«Tras dejar los estudios ya salía muy poco, se lastimó la rodilla, el médico le mandó un mes de reposo y ahí… se acabó».
En el Centro de Valoración y Orientación de la Junta de Andalucía le piden a la madre que acuda presencialmente con su hijo, pero ella no sabe cómo conseguir que el chico vaya hasta allí. Sólo en una ocasión consiguió llevarle a un psiquiatra que para colmo le dijo que no tenía nada, que no salía porque no quería.
Esta mujer malagueña se pregunta: «“Qué mente, si no está enferma, lleva la vida que tiene él” y pide que alguien le ayude yendo a valorarle a su casa.
MÁS SOBRE: