Y es que el cuidado de nuestra salud y sobre todo de nuestro aspecto físico se han convertido en los máximos exponentes de la sociedad actual. Las celebrities y otras personalidades acaparan portadas con sus nuevos looks tras someterse a tratamientos e intervenciones que modifican su apariencia, buscando siempre la belleza normativa.
En este sentido, la Familia Real no se escapa a las modas ni a las nuevas corrientes en cuanto a intervenciones estéticas. Y buen ejemplo de ello es el retoque al que se ha sometido la Princesa Sofía.
Aprovechando el extendido uso de la mascarillas en sus apariciones públicas, una de las medidas sanitarias que imponen los gobiernos para frenar la transmisión del coronavirus, la princesa ha podido ocultar su retoque hasta ahora.
Pero no nos volvamos locos: el retoque ha sido mínimamente intrusivo y desde luego nada artificial. La princesa, y hermana de la heredera al trono, ha aprovechado estos últimos años para colocarse brackets y corregir una pequeña anomalía en su dentición.
Ha sido un regalo del Rey y la Reina que han accedido entendiendo que no se trata solo de un «capricho» de adolescente, sino que forma parte de la imagen pública que proyectará y que cada vez deberá cuidar más dado su título en la realeza.
La pequeña aún no está al frente en las apariciones oficiales ni ha dado discursos como su hermana. Pese a ello, en el futuro su papel dentro de la monarquía la llevará, sin duda, a ocupar portadas en los medios y a ser objeto de fotografías y comentarios por parte de la prensa.
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