Eso sí, procura hacerlo después del desayuno o de la cena, ya que con las altas temperaturas que estamos teniendo este verano no es muy recomendable salir al mediodía.
Debe ser un paseo suave de entre diez o veinte minutos y que no te cueste demasiado esfuerzo hacer. Lo primero que vas a notar es que tus digestiones son más ligeras, pero este no es el único beneficio.
Además de mejorar tus digestiones, evitando así los gases y acidez, caminar después de las comidas principales puede, según algunos estudios recientes, ayudarte a reducir los niveles de azúcar en sangre si te ayudas de una dieta baja en hidratos de carbono. También activarás tu metabolismo y estarás cuidando tu salud cardiovascular, ya que al movernos activamos la circulación sanguínea y la presión arterial.
En algunos países el paseo tras la cena concretamente ya se ha convertido en una tradición a la que incluso han puesto nombre. Lo llaman passeggiata y consiste en dar un corto paseo de quince minutos después de cenar.
En España también se practica, y más ahora en verano que los días son más largos. Eso sí, si te decides a hacerlo, hazlo con precaución, sobre todo si paseas por lugares poco iluminados o en plena naturaleza. Lleva siempre contigo un chaleco reflectante y una linterna.
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