Lo ha llamado lava comestible y tiene sabor a plátano, su aspecto es muy similar a una roca y tiene sabor a plátano, pero sobre todo se trata de una iniciativa con la que los mercados tradicionales quieren dar su apoyo económico a los afectados por la tragedia.
El pasado 19 de septiembre, se cumplía un año de aquella erupción, que duró ochenta y cinco días y ocasionó grandes destrozos en la isla, que se va recuperando poco a poco del desastre.
El dulce se puede adquirir por un simbólico precio de dos euros con cincuenta y se va a vender en cualquiera de los doscientos mercados y plazas que forman parte de la Confederación de Mercados Tradicionales de Abastos de España, entre los que están los mercados de la Marina y de Sants, en Barcelona; el de la Ribera, en Bilbao; el de La Paz, Chamartín y de Las Águilas, en Madrid, o el de Triana, en Sevilla.
El postre está elaborado con azúcar, albúmina de huevo, colorante y aroma y su elaboración, tal y como explican desde la web de 20Minutos, «comienza con un jarabe a 128 grados, al que se añade una disolución de azúcar, clara de huevo y colorante negro. Esta mezcla provoca una erupción que, más adelante y tras treinta minutos de reposo, se solidifica en unas deliciosas rocas comestibles.»
Su autor, Christian Escribá, es hijo y nieto de reposteros, representa la cuarta generación de una saga de pasteleros catalanes y actualmente dirige la Pastissería Escribá. Además ostenta el título a Mejor Pastelero de España, otorgado por la Academia Española de Gastronomía.
MÁS SOBRE: