El primer acto ha sido la Pascua Militar que por segunda ocasión se ha visto marcada por las medidas sanitarias para contener la pandemia del coronavirus. Sus Majestades Don Felipe y Doña Letizia daban así, el pistoletazo de salida a su agenda oficial, cargada de compromisos.
La Pascua Militar, que habitualmente se celebra en el Palacio Real de Madrid, mantiene en sus actos el calor de una tradición profundamente enraizada. Los Reyes, acompañados por Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, Margarita Robles y Fernando Grande-Marlasca, ministros de Defensa e Interior respectivamente, inauguraban como cada año, la ceremonia militar.
Los invitados al acto seguían los protocolos establecidos, hasta que ha llegado un momento muy particular. Precisamente, tras el paseíllo inicial, Doña Letizia ha sufrido un incómodo percance al subir a la tarima que les estaba esperando.
Precisamente al subir a la tarima, la Reina ha perdido un broche que caía al suelo. El Rey, muy pendiente de su esposa como es habitual, ha reaccionado rápidamente recogiendo la joya y dejando estas imágenes para la posteridad.
Este tipo de actos institucionales, muy organizados y perfectamente medidos, no están exentos de pequeños percances o imprevistos. Y este ha sido el caso que ha dado lugar a la anécdota de la Pascua Militar. Un pequeño incidente rápidamente resuelto por el propio Rey que se agachaba para devolver la joya a su mujer.
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