Tener como mascota un gato tiene muchas responsabilidades. Supone también adaptarnos a sus costumbres y cubrir todas sus necesidades para fomentar su buen humor y bienestar.
Estos felinos son animales muy especiales que tienen un comportamiento único, lo que a veces puede resultar muy misterioso. Hay veces que huyen de nosotros y otras que nos persiguen a cualquier parte de la casa. Cuando están así de cariñosos, nos sale mostrar nuestro afecto hacia ellos, pero pueden mordernos cuando les acariciemos.
Son animales bastante caseros, y la idea de pasear puede provocarles mucho estrés. Te explicamos el por qué.
Si queremos probar esta extraña práctica para los felinos, debes tener en cuenta estos factores. Sacar a nuestro animal de la zona de confort, es decir, el hogar, puede generarle muchos nervios. No sienten la necesidad de salir a la calle como un perro porque ellos pueden hacer sus necesidades en un arenero y no necesitan relacionarse con otros felinos como sí los caninos.
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En la calle, nuestro gato se cruza con otros felinos desconocidos y no los ven como compañeros para jugar o socializar. A estos los ven como invasores y les puede generar una situación muy tensa y poco beneficiosa para el animal.
Por todo ello, deberás valorar la personalidad de tu gato para sacarlo a pasear o no. Si es asustadizo, tiene miedo de las visitas que llegan a casa o se asusta con determinados ruidos, no es recomendable que le pasees por la calle porque lo va a pasar mal.
Por el contrario, si tu mascota tiene un instinto explorador y curioso, un paseo puede ser un momento enriquecedor para el gato. Conviene acostumbrarle a llevar arnés y la correa dentro de casa para que al salir este tranquilo. Empieza sacándolo unos pocos minutos y gradualmente irás aumentando la duración de los paseos en la medida en la que el animal reaccione.
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