Casi el 50% de los españoles cree que la música puede ayudar a salvar el planeta.
Si, están convencidos de ello según se desprende de una encuesta realizada por HARMAN International en colaboración con YouGov* para explorar la importancia de la música en la vida de las personas y su poder para actuar como catalizador social de un cambio positivo.
En la encuesta han participado personas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Japón, Alemania, España y los Países Bajos, que aportaron datos fascinantes sobre su relación con la música y su influencia en la sociedad.
La música en nuestras vidas
Siente gracias a la música
Todo el mundo sabe que la música puede ser una fuerza emocional poderosa. ¿Quién no ha bailado con desenfreno su canción favorita, se ha emocionado con una hermosa pieza de música clásica, ha llorado junto a una balada melancólica o ha encontrado una melodía tan pegadiza que es imposible de olvidar? La música ayuda a las personas a ponerse en contacto con sus emociones, ya sean de felicidad, tristeza, sorpresa, enfado o cualquier otra. Pero la música no sólo afecta a nuestros sentimientos, sino que también tiene el poder de influir en nuestro comportamiento. Como componente natural de la naturaleza humana, la música puede unir a las personas en torno a una causa común. Hay un significado en la música que nos atrae instintivamente. Alrededor del 33% de los encuestados en España afirmaron que escuchan música tanto para entretenerse como para obtener un significado más profundo. La música puede fomentar un sentimiento de pertenencia, inspirar fuertes respuestas emocionales y motivar a la gente a actuar. Por eso, algunos de los cambios sociales más exitosos se han logrado con la ayuda de la música. Los encuestados están de acuerdo: el 50% dice que la música influye en las emociones y el comportamiento humanos para motivar a más personas a luchar por los problemas de la sociedad.
Poder para el pueblo
Algunos de los ejemplos más emblemáticos de la música como vehículo de cambio social se encuentran en la década de 1960, cuando las canciones de artistas como Bob Dylan, Aretha Franklin, Jimi Hendrix, Joan Baez, The Rolling Stones o Joan Manuel Serrat, y los grandes festivales de música como Woodstock, fueron la banda sonora de la liberación sexual, los derechos civiles y el movimiento antibélico. Actualmente, en España, los tres temas en los que más ha influido la música son la igualdad de género con un 42%, la igualdad racial con un 37%, temas LGTBI+ con un 36%. Esa herencia se transmitió a artistas como Rigoberta Bandini, Mónica Naranjo o Amaia Romero, cuyas letras y melodías han inspirado a millones de personas no sólo a bailar, sino a salir y participar en la consecución de un cambio positivo. Así, el 40% de los españoles considera que ciertas canciones les inspiran a involucrarse en los movimientos sociales, mientras que el 45% considera que la música es un detonante para recordar momentos y acontecimientos importantes de la sociedad, como el 11-M o el triunfo de la Selección Española de Fútbol en el Mundial de Sudáfrica del 2010.
Levántate y rebélate
Puede que los años 60 hayan pasado, pero la sed de cambio social sigue más viva que nunca, y la música sigue desempeñando un poderoso papel motivador y unificador. Casi la mitad de los encuestados afirma que ya ha utilizado la música para compartir un mensaje o concienciar sobre una causa que le preocupa. Los músicos de los últimos años también han utilizado con mayor libertad su influencia para pedir un cambio o llamar la atención sobre ciertos temas sensibles como la igualdad racial, el colectivo LGBTIQ+, la justicia social y otros. «Mamá», de Rigoberta Bandini, y «Pantera en Libertad», de Mónica Naranjo, son dos ejemplos de ello.
Según los encuestados, el pop (44%) es el estilo musical más eficaz para difundir mensajes sociales, seguido del rock (33%) y el rap o hip-hop (25%). Un 50% considera que los artistas deben comprometerse públicamente, siendo los temas de igualdad de género la más votada. Para el 42% de los encuestados, las celebraciones musicales internacionales o locales, como el Día Mundial de la Música del 21 de junio, son buenos lugares para que los artistas tomen el micrófono sobre temas delicados.
Hagamos del mundo un lugar mejor
Una de las áreas que pide a gritos una acción social es el medio ambiente, y los encuestados también lo creen: alrededor del 44% cree que la música tiene el poder de ayudar al planeta. Cuando se les preguntó qué aspecto específico del medio ambiente podría beneficiarse más del compromiso de los artistas, el 15% citó el calentamiento global. Como empresa profundamente comprometida con el futuro del planeta que todos compartimos, HARMAN está totalmente de acuerdo con la importancia de la concienciación y el cambio significativo. Por ello, cada vez utilizamos más envases reciclados, cambiamos a más plásticos reciclados después del consumo y nos esforzamos por reducir nuestra huella de carbono de muchas otras maneras. Para más información, visite: https://www.harman.com/sustainability.
Desde la desigualdad racial hasta los derechos de la mujer, pasando por la reforma de la justicia penal y otros aspectos, la música siempre ha puesto el ritmo al cambio social, motivando a oyentes de todas las edades a implicarse en las causas que les preocupan. En un mundo que dista mucho de ser perfecto, abundan las oportunidades de cambio positivo, y la música contribuirá sin duda a ser tanto la fuerza motriz como la banda sonora de ese cambio.
*Todos los datos presentados son de YouGov, a menos que se indique lo contrario. La encuesta se realizó del 3 al 7 de junio de 2022 a 1004 personas representativas de la población nacional estadounidense de 18 años o más, a 2049 personas representativas de la población nacional alemana de 18 años o más, a 1027 personas representativas de la población nacional española de 18 años o más, a 1016 personas representativas de la población nacional francesa de 18 años o más, a 1026 personas representativas de la población nacional holandesa de 18 años o más, a 2004 personas representativas de la población nacional británica de 18 años o más y a 1000 personas representativas de la población nacional japonesa de 18 años o más.
