La miel de Manuka está elaborada por abejas de Nueva Zelanda. Quienes la consumen le atribuyen bondades varias, entre ellas, su alta capacidad antibacteriana e inmunológica.
Es beneficiosa para la piel, el aparato digestivo, cura el acné, regenera tejidos, protege de las caries, es eficaz contra el dolor de garganta, la diarrea, el estreñimiento… en fin… es el nuevo superalimento en tiempos de pandemia.
Como cualquier miel, es la abeja la encargada de producirla. Pero no cualquiera. La autóctona es de Nueva Zelanda porque allí se encuentra en Manuka, un arbusto pequeño perteneciente a la familia de la especie del árbol de té.
¿Sabías que…
Es aún más densa y más oscura que la miel convencional. Su sabor también tiene un amargor que la normal no tiene.
El metilglioxal (MGO) es el componente que le da a este producto un gran poder antibacteriano. También hay que destacar su alta concentración de peróxido de hidrógeno y la leptisperina, el néctar de las flores blancas y rosas del arbusto de manuka y el DHA (una especie de ácido graso omega 3)
En opinión de los expertos, los efectos adversos de consumirla no se diferencian mucho de las de la miel convencional.
Es decir, no debe ser consumida por personas diabéticas, tampoco por aquellas que tengan algún tipo de alergia a la fructosa o algún otro componente del oro líquido y a las abejas. Y no es recomendable, en absoluto para bebés ni menores de 12 meses.
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