Nueva Zelanda ha empleado estrictas restricciones durante estos dos años para contener el virus del Covid. Restricciones que han incluido bloqueos y el cierre de fronteras internacionales, algo que ha ayudado a mantener muy bajas las cifras de infecciones y muertes, pero que sin embargo ha hecho que el resentimiento entre la población crezca sobre todo por la duración de muchas de estas restricciones. Pero está claro que La Macarena no puede con los manifestantes neozelandeses.
Otras razones son el aislamiento mínimo de diez días y la obligatoriedad a la vacunación sobre todo en algunas profesiones como profesores, médicos, enfermeros, policías o militares. Todo esto en un momento en que los contagios crecen en el país.
El pasado martes cientos de manifestantes llegaron a la capital, Wellington, para manifestarse contra las restricciones de Covid. Adoptaron el nombre de «Convoy por la Libertad» y bloquearon calles de la ciudad.
Como medida contra la semana de protestas, Trevor Mallard, el presidente del Parlamento de Wellington, reprodujo en bucle estos temas junto con los éxitos de Barry Manilow y mensajes educativos sobre la covid-19. Los manifestantes respondieron bailando al ritmo de la música.
La reacción de los manifestantes enfadó a la policía allí presente. Corrie Parnell, superintendente de la Policía, declaró a Radio New Zealand, «Esta no es una táctica o una metodología que nosotros hubiéramos utilizado y es algo que hubiéramos preferido que no ocurriera, pero sucedió y ahora debemos lidiar con ello».
Antes de esto la policía arrestó a 122 personas y acusó a muchas de allanamiento de morada u obstrucción. Previamente el gobierno intentó disolver a los manifestantes encendiendo los aspersores de agua en el césped dónde estaban acampados.
La noticia de este disuasorio método musical ha provocado la reacción de algunos artistas como James Blunt que se han ofrecido para formar parte de esta ‘banda sonora disuasoria’. «Avisadme si esto no funciona«, tuiteó el cantante de manera irónica.
Los parlamentarios de Nueva Zelanda han ignorado en gran medida las manifestaciones de esta semana, y no han hecho el menor ademán de hablar con los manifestantes.
Sin duda se trata de una manifestación, inspirada en las presentes en Canadá y EE.UU y por el momento no queda claro cuando terminarán las protestas aunque lo que está claro es que la música no es un buen método disuasorio en este caso, sino todo lo contrario.
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