Érase una vez un japonés llamado Akihiko Kondo que en 2018 decidió casarse con el holograma de una cantante virtual japonesa llamada Miku Hatsune.
Sí atrevidos, habéis leído bien: con una cantante virtual. Que no quiere decir que fuera cantante sin serlo, como Jesulín y su “Toa, toa, toa”… sino que es virtual porque en realidad no existe… ¡no es de verdad! Es como los antiguos Tamagotchi, ¿os acordáis? Se hacían caca si no les cuidabas, pero no era de verdad. Esa caca no se podía tocar, ni olía mal, ni nada.
Pues esto era algo parecido. Con la diferencia que tú no te enamorabas de tu Tamagotchi, pero el bueno de Akihiko sí se enamoró, y mucho, de ella. Tanto que se casaron.
My name is Akihiko Kondo. My job is a civil servant. I married Hatsune Miku, who lives in my house.
About 15 years ago, I was bullied at work and took a leave of absence, but thanks to her I was able to return to work. She saved me.
I love Hatsune Miku. I am very happy. pic.twitter.com/5RHyBIe0yg— 近藤 顕彦【 ⋈ 】ミクさん大好き (@akihikokondosk) April 27, 2022
El matrimonio les ha ido bien durante estos cuatro años. Han sido muy felices, no discutían… aunque, ¿cómo vas a discutir con un holograma, no? Lo apagas y listo. Sin embargo, su historia se ha terminado, porque la empresa que permitía la comunicación entre ambos ha dejado definitivamente de actualizar esta línea de hologramas interactivos debido a la poca demanda que tenían.
Esta noticia ha dejado al pobre Akihiko triste como un móvil sin cobertura. Y es que, aunque sigue teniendo a su mujer ahí, en holograma presente, ya no se puede comunicar con ella como antes.
Querido Akihiko, no sé si llegarás a leer esto alguna vez, pero te queremos mandar todo nuestro ánimo desde Atrévete. Y no desesperes, seguro que encuentras el amor en algún otro sitio. Si quieres te podemos pasar el contacto de Alexa o de Siri, que creo que no tienen pareja. Bromas aparte: hay gente «pa’ tó».
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