Por su parte, Carrasco, ciertamente cansada del cambio de versiones del maestro, respondía a lo largo de la semana de manera muy contundente.
«Yo nunca he tenido un comportamiento ni ilegal ni delictivo. Puede que irregular algo haya hecho en mi vida, como irme de mi casa a los 18 años. Yo no conduzco, yo no bebo, yo no cojo coches… No he tenido ningún comportamiento ni delictivo ni ilegal», sentenciaba con unas palabras que incluían un duro recado.
Ana María Aldón, colaboradora habitual de «Viva la vida» y esposa del torero, contestaba a estas afirmaciones de Carrasco, sosteniendo que esta harta y triste y transmitiendo las posición de su marido.
«Me ha dicho: «Estoy muy tranquilo. Tengo la conciencia muy tranquila»», aseguraba a los tertulianos presentes en el programa. «Mi marido está en el paredón», continuaba la colaboradora.
«Estamos jodidos. Así no se puede vivir», ha sentenciado demostrando su hartazgo tras un año de idas y venidas desde que Rocío Carrasco alzara la voz para contar su versión en la docuserie «Rocío, contar la verdad para seguir viva».
Desde entonces, el torero ha ido presentando varios problemas de salud que Ana María ha relacionado a la situación por la que están pasando.
«Tengo miedo por su salud. Me preocupa. No es de ahora, ya me preocupaba de antes. No tendría aquí un corazón, tendría una patata», señalaba sobre sus sentimientos.
Las palabras de Carrasco han sido especialmente duras puesto que relacionaba la actitud del torero con un episodio de su vida en el que sufría un accidente de tráfico que acabó con la vida del otro conductor.
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