Jennifer Grey de ‘Dirty Dancing’ explica la operación que destruyó su carrera

Comparte:

Se pueden llegar a tomar decisiones que cambian nuestra vida, incluso una operación estética. La actriz Jennifer Grey es consciente de ello.

Su papel en la película Dirty Dancing la hizo saltar a la fama y marcó su vida para siempre. Junto al actor Patrick Swayze hizo soñar al público con la historia de amor imposible, que desafiaba las normas y encontraba en la música y en baile una vía de escape.

El filme convirtió a la actriz en toda una celebridad a sus 27 años, que tristemente terminó por derrumbar su carrera cuando decidió operarse la nariz. «Entré al quirófano como una celebridad y salí siendo una persona anónima», confesó en una entrevista.

También puedes leer:

Laura Pausini presenta entre lágrimas de emoción su película en Dial Tal Cual

Jennifer López se casa de nuevo en su próxima película que se estrenará en Amazon Prime Video

Estopa: las mejores canciones para motivarse en un viaje en coche

Jennifer Grey lanza sus memorias en un libro

La estrella del cine musical, Jennifer Grey, lanzará sus memorias en Out of the corner, un título que hacer referencia a la frase de la película Dirty Dancing: «nadie arrincona a Baby».

Con motivo de su autobiografía, concedió una entrevista a People en la que habló del estrellato que alcanzó cuando se estrenó la película en 1987 y el porqué decidió operarse la nariz dos años después.

Según ha afirmado, fue animada por su madre. «Ella me ama, me amó, siempre lo ha hecho, y fue pragmática porque decía: ‘¿Sabes qué? Si quieres ser actriz, es demasiado difícil elegirte. Haz que sea más fácil para ellos’. Y luego lo hice, y ella tenía razón», explica.

Sin embargo, tras su segunda operación de nariz se dio cuenta de que había cometido un error. «Esa fue la primera vez que salí en público. Y me di cuenta de que me sentía invisible, de un día para otro. A los ojos del mundo, ya no era yo. Estaba muy molesta con mi madre por decirme siempre que debería arreglarme la nariz».

Tras este suceso, hizo otras películas como Noches de Broadway (1989), La fuerza del viento (1992) o Retrato de inocencia (1996), pero ninguna adquirió la notoriedad de Dirty Dancing. «Gasté tanta energía tratando de averiguar qué hice mal, por qué me desterraron del reino. Eso es mentira. Me desterré a mí misma», reflexiona.