Jamala es una conocida cantante y actriz ucraniana que se alzaba con la victoria en el Festival de Eurovisión de 2016. Ahora, la artista se ha sumado a las casi 400.000 personas según fuentes oficiales que se han visto obligadas a abandonar su país debido a la invasión del ejército ruso.
Como muchos otros ucranianos, Jamala hacía las maletas para embarcarse en un viaje lejos de su hogar. Un trayecto de cuatro días que iniciaba en Kiev y que la llevaría, junto a sus hijos, hasta Bielorrusia.
Una experiencia límite y difícil de imaginar para el resto de occidentales que la cantante ha decidido compartir a través de sus redes sociales para dar voz a una realidad espantosa.
Sus seguidores y el resto del mundo han podido seguir la dificultades de la artista en un viaje sin retorno. Un importante ejercicio de supervivencia que pone de manifiesto la crudeza de la guerra.
Jamala escapa de Kiev
Era 24 de febrero, solo unas horas después de que comenzara la invasión que exigía Putin a sus soldados. «Salimos de Kiev con los niños. Pasamos casi 4 días en el automóvil, en paradas imprevistas, completamente sin comida», narraba la cantante junto a una imagen con sus pequeños.
El conflicto ha provocado un éxodo masivo de ciudadanos que huyen de los constantes ataques. En la primeras 48 horas, el caos ya era evidente con más de 70.000 ucranianos intentando salir del país hacia la vecina Polonia.
Jamala y sus hijos han invertido casi cuatro días para recorrer los apenas 170 kilómetros que separan la capital de la frontera con Rusia, acompañados de todo tipo de dificultades.
«Quiero despertar y escuchar que es solo una película», lamentaba en sus redes señalando una situación terrible a la que se están enfrentado milles de personas, que dejan atrás a sus maridos, hermanos y otros familiares que se quedan para defender su país.
Casi siete millones de personas dejarán Ucrania en las próximas semanas, según fuentes de la ONU, a las que habrá que sumar cuatro millones más que se desplazarán dentro de sus límites políticos.
«¡Ucrania es enorme, hermosa y tan devastadoramente independiente! Sí, creo que esa es la clave. ¡No pueden quitarnos nuestra libertad de expresión!», expresa Jamala en su alegato contra la barbarie.
«¡Ucrania no quiere la guerra! ¡Estamos por la paz! Estamos en casa. No entres en pánico y mantente fuerte», clamaba en una de sus publicaciones justo antes de iniciar el viaje con sus hijos.
Ojalá los esfuerzos conjuntos del resto del mundo puedan parar esta guerra… La historia es tozuda y nos cuenta que nada de esto merece la pena…
