La investigación analizó el impacto de la duración del sueño en la salud de más de 7.000 hombres y mujeres de 50, 60 y 70 años, evaluando la relación entre el tiempo que dormía cada participante, la mortalidad y si se les habían diagnosticado dos o más enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, cáncer o diabetes, en el transcurso de 25 años.
El resultado tal y como explican desde ABC Salud fue que, «Las personas que declararon haber dormido cinco horas o menos a los 50 años tenían un 20% más de probabilidades de haber sido diagnosticadas de una enfermedad crónica y un 40% más de probabilidades de ser diagnosticadas de dos o más enfermedades crónicas a lo largo de 25 años, en comparación con aquellas que dormían hasta siete horas.»
Pero no solo eso, además dedujeron que «dormir cinco horas o menos a los 50, 60 y 70 años estaba relacionado con un riesgo entre un 30% y un 40% mayor de multimorbilidad, en comparación con quienes dormían hasta siete horas.»
La investigadora explica que cuando envejecen, las personas cambian sus hábitos de sueño pero que lo recomendable es dormir entre siete y ocho horas por la noche, ya que dormir menos o más se asocia con enfermedades crónicas individuales y recomienda para ello «promover una buena higiene del sueño, como asegurarse de que el dormitorio esté tranquilo, oscuro y con una temperatura agradable antes de dormir. También se aconseja retirar los dispositivos electrónicos y evitar las comidas copiosas antes de acostarse. La actividad física y la exposición a la luz durante el día también podrían favorecer un buen sueño».
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