Ya de primeras a Victoria su cita no le entró por el ojo, y es que ella buscaba a un hombre atractivo y con buenos zapatos. Todo esto lo tenía Juan, pero su estatura no le convenció: era demasiado bajito para su gusto. Al revés pasó todo lo contrario, y es que Juan sí consideró que habían acertado eligiendo a Vicky como su cita.
La predisposición de esta por conocer a Juan no era ya la mejor, pero aún así decidió darle la oportunidad de conocerle y dejar que este le conquistara con otros encantos que fueran más allá del físico. No obstante, en este sentido Juan tampoco sumó muchos puntos.
Hierbas, almejas frescas y guías turísticos 😍
Las parejas de #FirstDates28D ya vienen de camino al restaurante. ¡Nos vemos en una hora! ❤️ pic.twitter.com/jt700j8aaj
— First Dates (@firstdates_tv) December 28, 2022
Juan optó por la sinceridad extrema y no se anduvo con rodeos a la hora de manifestar sus intenciones: «Llevo 72 años en este planeta y me queda poco tiempo de vivir. Cuando nos queda menos tiempo del que tienes, pues tienes que ir no tan despacio como la gente quiere«. Este señalaba que huía de las amistades, lo que quería era una relación estable.
«Yo no estoy para esperar tres años, ni cinco, ni cuatro«, añadía. Unas palabras que espantaron a Victoria. «¡Quiere una relación estable total! O sea, mañana«, expresaba esta alarmada fuera de cámara, algo que ella rechazaba contundentemente, ya que apenas se conocen.
Pero a Victoria no le gusta hablar de este tema y así lo manifestó fuera de cámara: «Es que yo no quiero entrar en esas cosas. Yo no le he preguntado a él qué paga tiene, ni qué coche tiene, ni qué casa tiene. O sea, no me importa«.
Para seguir rompiendo un poco el hielo (y continuar perdiendo puntos), Juan invitó a su cita a bailar, pero esta se negó, ya que no le gusta. Este le mencionó que había perdido el tiempo por no haber aprendido a bailar. «¿He perdido el tiempo porque no he bailado? ¿Tú qué sabes si yo he leído mucho? Habría perdido el tiempo si ni supiera leer, escribir o tener una conversación con mi hija, que es mucho más joven que yo, eso sí que me preocuparía, pero el bailar no«, saltó esta de forma contundente.
Como era de esperar, ambos volvieron a sus casas tal y como habían llegado: cada uno por su lado.
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