Esto, sin embargo, se ha modificado. La Comisión de Salud Pública ha reestructurado la estrategia de vacunación, considerando que en aquellos que tengan la pauta completa de la vacuna y se hayan contagiado recientemente, la mejor opción es esperar cinco meses desde el diagnóstico de la enfermedad hasta recibir la dosis de refuerzo.
¿La razón? Parece que tras la pauta completa recibida en 2021 (dos dosis en el caso de Pfizer, Moderna o AstraZeneca, y una en el caso de aquellos que se contagiaron o que recibieron Janssen), contagiarse de la variante Ómicron supone desarrollar la inmunización más potente contra el virus.
«La evidencia actual muestra que el hecho de tener una infección por SARS-CoV-2 tras tener la pauta completa de primovacunación hace que se desarrolle una respuesta inmune más potente y más amplia en términos de neutralizar otras variantes del virus, en comparación con la respuesta inmune observada en personas que solo padecieron infección o que solo recibieron dos dosis«, ha expresado la Comisión.
Ómicron juega un papel fundamental en este punto, pues «aumenta la respuesta de células de memoria a antígenos víricos diferentes a la proteína S«, lo que se traduce en una mayor inmunidad que las anteriores variantes.
La secretaria de la Sociedad Española de Inmunología, Carmen Cámara, ha confesado en los micrófonos de la Cadena Ser que los infectados por Ómicron que hubieran recibido la pauta completa anteriormente «tienen la mejor inmunidad posible, que es la inmunidad híbrida«. Esta «multiplica casi por 100 la de las vacunas y además te da un repertorio mucho más amplio«.
«Por ello, en personas que recibieron la pauta completa de vacunación que luego tienen infección sintomática o asintomática por SARS-CoV-2, el intervalo entre la infección y la administración de la dosis de recuerdo será de un mínimo de cuatro semanas, pero se recomienda su administración a los 5 meses tras el diagnóstico de la infección«, añadía Salud Pública.
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